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Directora guatemalteca analiza el problema de la inmigración en su ambiciosa película ‘Ambiguity’

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Tres décadas atrás, Grisel Wilson llegó a los Estados Unidos desde su Guatemala natal, y al igual que ha ocurrido con muchos inmigrantes, lo hizo de manera indocumentada; pero ahora, con su situación en regla desde hace mucho tiempo, tiene el orgullo de presentar su ópera prima cinematográfica, “Ambiguity: Crónica de un Sueño Americano”, que se estrena este domingo 15 a las 6 p.m. en el marco del Festival de Cine Centroamericano de la USC (edificio Seely G Mudd, en el cruce de la Avenida McClintock y Downey Way).

“Viví primero en la ciudad de Hollywood, donde se desarrolló mi amor por el cine, pero empecé recién a hacer cosas en esta área luego de casarme con un estadounidense e irme a vivir a Arizona, donde hice de todo en los sets de cortometrajes, desde ser extra hasta convertirme en asistente de dirección”, le dijo a HOY la realizadora. “También llevé unas clases de edición, hasta que decidí que era el momento de hacer algo propio, impulsada por la situación actual del problema migratorio”.

Pese a que esta es su primera película, resulta muy ambiciosa en el plano logístico, ya que incluye secuencias que se desarrollan supuestamente en Guatemala, Chiapas y Estados Unidos. “El 90 por ciento se hizo en mi país de origen, incluyendo las escenas del desierto de Arizona, rodadas en un área de allá que no es tan árida, pero que es de todos modos similar a la de aquí”, describió Wilson. “Y el 10 por ciento restante se rodó en Tucson, donde todavía vivo”.

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La idea no era retratar lo que pasaba durante la época en que ella cruzó, sino mostrar las dificultades actuales del mismo proceso. “Todo se ha vuelto mucho peor; cuando yo lo hice, los federales y los policías mexicanos te quitaban el dinero o te regresaban de la frontera, pero ahora hay tráfico de drogas y de seres humanos, lo que se suma a una patrulla fronteriza involucrada en casos que van desde la corrupción hasta el abuso”, señaló la realizadora, quien muestra todos estos aspectos en el nuevo filme.

En “Ambiguity”, Andrés Valenzuela (Hans Calderón) es un padre de familia que opta por trasladarse a EE.UU. tras ver el modo en que se le cierran todas las posibilidades económicas, por lo que se suma a un grupo de viajeros al mando de unos ‘coyotes’ realmente despiadados que transformarán su travesía en un infierno. “La idea es que la gente lo piense dos veces antes de venir de ese modo, porque terminan arriesgando mucho más que su dinero, hasta el punto de perder sus vidas”, afirmó Wilson.

Además de mostrar a estas víctimas y a sus captores (porque eso es lo que terminan siendo), la película exhibe de manera paralela a un trío de agentes de “la migra” que actúan de distintas maneras ante los que intentan ingresar al país, y que al menos en un caso tienen relaciones directas con el narcotráfico, lo que según Wilson responde a noticias reales que se conocen en la zona donde radica.

“La gente no sabe realmente lo que está pasando e ignora los diferentes factores que ocasionan esta problemática, la misma que no depende solo de los llamados ilegales; y si no hablamos de todos estos factores, no podremos llegar a ninguna solución”, dijo la cineasta, quien escribió el guión en solo seis semanas y que filmó a lo largo de un mes y medio, para invertir luego cerca de un año en la edición.

“Yo no me saqué esta historia de la manga; hice un trabajo de investigación, y los hechos que se producían a mi alrededor me daban permanentemente la razón, a la vez que me dejaban boquiabierta”, agregó. “Una semana antes de empezar a filmar, se encontró un camión con muchos guatemaltecos muertos, y el [periódico] Daily Star ha publicado informes sobre agentes de inmigración que han sido detenidos por colaborar incluso con el ‘narco’”.

“Ambiguity” tiene a personajes guatemaltecos, mexicanos y anglosajones, pese que el ‘casting’ se hizo en el país centroamericano y a que casi todo su reparto es ‘chapín’. “El 95 por ciento de los diálogos fueron doblados en post-producción, ya sea porque los actores que hacían de estadounidenses tenían mucho acento latino o porque no contamos con el equipo de sonido adecuado durante la filmación”, precisó Wilson. “Yo considero que esta es una producción guatemalteca, porque se hizo casi completamente por allá, aunque, por supuesto, el dinero vino de mis ahorros y de los de mi esposo, que es americano”. Para conocer más detalles del festival entero, que tiene ingreso libre, puedes visitar www.centralamericanfilmfest.com.

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