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Cineastas salvadoreños: impulsar cinematografía mejoraría economía del país

Fotografía fechada el 10 de julio de 2017 que muestra a los jóvenes cineastas salvadoreños Fabricio Sibrian (i) y Jaime Perla (d) mientras observan un monitor en San Salvador (El Salvador).

Fotografía fechada el 10 de julio de 2017 que muestra a los jóvenes cineastas salvadoreños Fabricio Sibrian (i) y Jaime Perla (d) mientras observan un monitor en San Salvador (El Salvador).

(Rodrigo Sura / EFE)
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Crear, impulsar y desarrollar una industria cinematográfica en El Salvador mejoraría la economía y por ende la de los ciudadanos del país centroamericano, ya que generaría “muchos” empleos, dijeron los jóvenes cineastas salvadoreños Fabricio Sibrian y Jaime Perla.

Ambos coincidieron en que “incentivar la producción de cine contribuiría al crecimiento de la economía en general del país, porque generaría más trabajo y mejoraría la calidad de vida de las personas”.

Actualmente, Sibrian y Perla trabajan en la película “Cómo cazar boas”, un filme nacional que tiene el apoyo del Gobierno, a través de un fondo otorgado por el programa Pixels.

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La película cuenta con la participación de actores salvadoreños y la historia se desarrolla, principalmente, en el centro de la capital salvadoreña.

Para este proyecto, el director (Sibrian) y el productor ejecutivo (Perla) dieron oportunidad laboral a unas 40 personas, quienes en su mayoría se desempeñan como actores de teatro.

“Lo integral que supone esto (producción cinematográfica) es positivo porque se necesita de muchas personas, a parte de los actores, para poder sacar adelante un proyecto y esto genera oportunidades laborales para muchos profesionales”, manifestó Sibrian.

En la misma línea, el productor ejecutivo indicó que “a veces la misma realidad del país, específicamente lo económico, impide que se desarrollen iniciativas cinematográficas, pero con mucho esfuerzo esto se puede cambiar”.

“En este país va a costar mucho tiempo, energía y el esfuerzo de mucha gente poder construir una industria como el cine, pero ya se está iniciando, a pesar de la falta de recursos, y eso debe de continuar”, sostuvo Perla.

Los cineastas concordaron, según lo observado en su corto tiempo dentro del mundo del séptimo arte, que los salvadoreños están “hambrientos” de cine local, de ver producciones que muestren cada una de las realidades, tanto “buenas como negativas”, que hacen y son parte del diario vivir del país.

Sostuvieron que sí hay un futuro cinematográfico nacional, porque “hay mucha gente haciendo cosas buenas, hay varios proyectos interesantes y eso es bueno porque a medida que se va adquiriendo la experiencia de hacer una película o un documental es cuando realmente nos damos cuenta de lo que esto supone”.

Estos dos jóvenes son parte de esas personas que están “haciendo cosas buenas”, ya que tienen una historia que contar a través de “Cómo cazar boas”, que se encuentra en el etapa de postproducción tras cuatro meses de preproducción y dos meses de producción.

El filme, según detalló el director, trata de “Fernando”, un abogado de clase media que busca pistas para sacar a su “cliente” de la cárcel, lugar en el que se encuentra por estar involucrado en el maltrato de una trabajadora del sexo.

El personaje principal vive en una zona “exclusiva, tranquila y libre de violencia” y nunca ha visitado el centro de San Salvador, lugar donde su “cliente” atacó a la mujer.

“Fernando no está acostumbrado a la capital (centro de San Salvador), porque nunca fue; entonces como no conoce tiene muchos estigmas sobre el lugar, por ejemplo, él cree que en el centro solo hay mareros (pandilleros) o delincuentes”, relató.

La cinta “trata de reflejar esa línea imaginaria que los salvadoreños hacen, que tiene que ver con la desigualdad del país, porque en la actualidad aún hay personas que creen que existen dos El Salvador: el de los ricos y el de los pobres”.

Sibrian amplió que dentro de la trama, el personaje principal conoce a “Tomas Boa Pimpinela”, un lugareño del centro de San Salvador, dueño de una funeraria y que lo ayuda a introducirse en el “mundo” del centro de la capital.

Añadió que la historia está inspirada en el cuento del escritor salvadoreño Alfonso Hernández titulado “Boa Pimpinela”, que describe a un personaje en el centro de San Salvador de 1988.

La película, que estará lista a finales de septiembre, fue una las producciones ganadoras de la VIII edición de los premios Pixels 2016, por lo que los jóvenes recibieron un fondo de 75.000 dólares.

Pixels es un concurso impulsado por el Ministerio de Economía (Minec) que concede fondos no reembolsables a las mejores animaciones, videojuegos y audiovisuales participantes, con el fin de impulsar el desarrollo de las industrias creativas salvadoreñas.

Desde el 2012 hasta el año pasado el Minec ha entregado 3.295.000 de dólares para desarrollar 63 proyectos.

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