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Alicia regresa sin tantas maravillas, pero todavía con mucho que ofrecer

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Su camino será probablemente cuesta arriba. Se estrena hoy, el mismo día en que lo hace “X-Men: Apocalypse”, la superproducción de superhéroes que convocará probablemente a la mayoría de los espectadores en este fin de semana largo. Pero eso no quiere decir que “Alice Through the Looking Glass” vaya a ser un fracaso de taquilla, ni mucho menos.

Y es que, pese a que se trata también de una de esas obras de Hollywood que no escatiman en costos ni en efectos especiales de última generación, esta cinta es muy distinta a la otra, porque en lugar de violencia y combates espectaculares, ofrece una trama de profunda tendencia familiar en la que no se ausenta el conflicto, pero que apunta evidentemente a un público mucho menor.

No del todo, claro; es bien sabido que las historias originales del escritor británico Lewis Carroll son de lo más alucinadas, y en ese sentido, las aventuras de la niña que se sumerge en un mundo de alocada fantasía se han prestado siempre al disfrute de adultos cercanos a la contracultura o, en otras palabras, los que favorezcan historias “locochonas”, es decir, un asunto que no ha perdido nunca su atractivo en las salas oscuras de cine.

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Para muchos de los que vieron la primera entrega del 2010, uno de los motivos adelantados de decepción era la ausencia del director Tim Burton, encargado de obras tan memorables como “Edwards Scissorhands” y “Batman”; en este caso, el puesto principal se encuentra en manos de James Bobin, quien comandó “Muppets Most Wanted”. Y si nos preguntan, les diremos que, a pesar del enorme reto, Bobin no lo hace nada mal, sobre todo en lo que respecta al aprovechamiento de las posibilidades de la 3D, mucho más eficientes que las mostradas anteriormente por Burton, que se nos antojaban de lo más precarias.

Por otro lado, muchos de los personajes y de los actores de la primera cinta regresan, lo que es bastante grato, sobre todo en el caso de la protagonista Mia Wasikowska, una actriz australiana que tiene un encanto especial y que destacó hace poco en la “Crimson Peak” de Guillermo del Toro. Con sus expresiones sugestivas y su apariencia clásica, Wasikowska sigue siendo una de las intérpretes más interesantes de Alicia que hayan existido, así como una de las que ha logrado darle al personaje un tinte más progresista.

También está por ahí Johnny Depp, quien es uno de nuestros actores favoritos y que regresa para encargar al Sombrerero Loco con tan buena fortuna para sus intenciones que el personaje obtiene mucho más espacio y hasta se detalla su origen, lo que se presta justamente para los momentos más sentimentales de la trama.

Como hemos dicho, nos gusta siempre lo que hace Depp, aunque, en este caso, sentimos que la vocecita que se le ha dado y el exceso de ademanes afectados perjudican su ‘performance’, que pudo y tuvo que ser más sutil, en desmedro del universo desquiciado en el que transcurren todas las cosas. El desenlace es también demasiado conveniente y feliz, pero no nos disgusta el villano principal Time, interpretado con decoro por el comediante Sasha Baron Cohen (“Borat”), quien sí se muestra insólitamente contenido.

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