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Patssi Valdez perdió la garra política, pero ganó el individualismo creativo

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Crecer en el Este de Los Ángeles durante los legendarios ‘walkouts’ mientras se encontraba en la escuela secundaria hizo que Patssi Valdez adquiriera desde muy joven una conciencia política que se reflejaría en la primera parte de su carrera como artista.

“Yo tenía muchas cosas que decir, y como la gente no me escuchaba por la manera en que lucía, empecé a usar mi aspecto como una herramienta más”, le dijo a nuestro medio la reconocida pintora local. “Además, tenía esta idea muy inocente de que quería cambiar el mundo, porque estaba frustrada y molesta con la manera en que los latinos eran representados”.

La mejor muestra de lo dicho fue su papel como fundadora de Asco, un colectivo de elocuente nombre que enarbolaba una propuesta tan artística como de protesta, y que estuvo activo entre 1972 y 1986. Pero todo eso es parte del pasado.

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“Para ser honesta, ya deje eso; crecí”, afirmó nuestra entrevistada, que cuenta actualmente con 66 años de edad. “Decidí que debía cambiarme a mí misma, y eso inició una etapa distinta en mi carrera, con una tendencia mucho más personal”.

“Apoyo las causas que me parecen justas, pero trato de no meterme mucho en política; ya no participo en las marchas, por ejemplo. A esta altura de mi vida, creo que ser una artista latina activa es ya de por sí una declaración política”, agregó.

Es justamente esa tendencia -iniciada en 1988- la que se muestra en “One Path, Two Journeys”, una exposición vinculada al maratónico proyecto Pacific Standard Time: LA/LA en la que ella misma participa desde el 1ro de septiembre en el Millard Sheets Art Center, y que la encuentra al lado de Judithe Hernández, una compañera de oficio y de generación. “Soy conocida por mi paleta colorida, y los trabajos más recientes que se podrán ver allí se encuentran inspirados en unos viajes que hice a México y a Europa”.

“Personalmente, lo más interesante de esta exhibición es que me permitió estar cerca de una artista que conocía y a la que admiraba, pero con la que nunca había dialogado”, precisó Valdez, en alusión a Hernández. “Al recibir su invitación, pensé que podía ser una gran combinación, pese a que el contenido de nuestros trabajos es completamente distinto, empezando por el hecho de que Los Four, el colectivo con el que ella se inició, era mucho más conservador que Asco y salió además en un momento distinto”.

Valdez comparte también con Hernández el hecho de hacer sido una artista latina en tiempos en lo que esta disciplina tenía todavía un sello muy machista. “Me decían todo el tiempo que no podía hacer esto y que no podía hacer lo otro, y yo soy el tipo de persona que, cuánto más me dices algo así, más lo intento”, nos dijo. “Me pongo una meta y no la abandono hasta llegar a ella”.

Finalmente, Valdez no se siente demasiado cómoda con el popular pero discutido término de “chicana”. “Fue muy útil en un punto de mi carrera, pero creo que estamos en el momento adecuado para que se nos empiece a llamar simplemente ‘artistas’; no queremos seguir siendo encasillados”, concluyó. “No sé si sucederá cuando esté todavía viva, pero ojalá que suceda”.

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