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Se espera que el Pontífice tenga más efecto en la opinión pública que en el Congreso

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Se compadece de las penurias que sufren las personas que se marchan de sus países escapándole a la pobreza o a la violencia y ha denunciado lo que describió como las condiciones “inhumanas” que enfrentan los migrantes irregulares en la frontera entre México y Estados Unidos.

Son pronunciamientos capaces de erizarle la piel a los sectores más conservadores de la sociedad estadounidense y que el papa Francisco podría reiterar en su presentación del 24 de septiembre ante un Congreso dominado por los republicanos, que se oponen a regularizar la situación de 11 millones de inmigrantes que están en el país sin permiso.

Se da por descontado que el santo padre tocará el tema al hablar ante el Congreso, pero expertos consultados por la Associated Press ofrecieron opiniones encontradas sobre el impacto que pueda tener el pontífice en el debate en torno a la inmigración, el cual había pasado a un segundo plano desde que la mayoría republicana en la cámara baja rehusó en 2014 aprobar un proyecto de ley sancionado por el Senado pero retomó fuerza cuando el precandidato republicano a la presidencia Donald Trump tildó a los inmigrantes mexicanos de “criminales” y “violadores”.

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Eusebio Elizondo, obispo auxiliar de Seattle, expresó a su expectativa de que el Papa argentino se pronuncie específicamente sobre la necesidad de una reforma, la cual ha permanecido esquiva las últimas tres décadas.

“Creo y espero que lo haga y con valentía”, dijo el religioso, quien es también presidente de la comisión de inmigración de la Conferencia Estadounidense de Obispos Católicos. “No creo que hable generalidades. Creo que será muy específico sobre la necesidad de una reforma por la tradición que hay en este país de inmigrantes”.

La personalidad del Papa “es tan carismática que a los congresistas les va a remover el tapete. Creo que tendrá consecuencias positivas con mira a algún cambio en el futuro”, indicó Elizondo en conversación telefónica desde Tailandia.

El pontífice dio un adelanto de lo que puede ser su discurso en el Congreso al elogiar el miércoles a los obispos estadounidenses por tomar la causa de los inmigrantes y alentarlos a recibir con los brazos abiertos a más extranjeros que cruzan la frontera.

En su discurso les dijo: “No teman darles la bienvenida... Estoy seguro de que, como sucedió en el pasado, esas personas enriquecerán a Estados Unidos y a su iglesia”.

El Center for Applied Research in the Apostolate —un organismo independiente— ubicó en 30,4 millones la cantidad de hispanos católicos en Estados Unidos, incluidos los 11 millones de inmigrantes que residen sin autorización.

El presidente de la organización Casa de Maryland Gustavo Torres dio por sentado que el Papa hablará “fuerte en apoyo de los inmigrantes latinos” y agregó que “eso nos ayudará mucho. Vamos a tener un aliado poderoso que puede empujar a un sector moderado del Partido Republicano a promover la posibilidad de una reforma en el futuro”.

Mark Krikorian, director del Center for Immigration Studies, en cambio, descartó de manera rotunda que la visita papal tenga alguna consecuencia política duradera porque si bien su postura hacia los inmigrantes sin autorización se acerca a la de los demócratas, su oposición al aborto lo acerca a los republicanos.

“No creo que haya ningún efecto duradero porque ambos bandos se identificarán con partes de su discurso”, dijo Krikorian, cuyo centro busca mayor control a la inmigración.

Una vocera del presidente republicano de la cámara baja John Boehner recordó que ante una pregunta reciente sobre los temas que podría abordar Francisco en su discurso, el republicano por Ohio respondió que “hay una cosa que sabemos sobre este Papa: no teme criticar al status quo ni teme decir lo que realmente piensa”. Sin embargo, la oficina de Boehner se negó a expresar de manera directa cuáles son sus expectativas sobre el impacto que la visita papal pueda tener en una reforma migratoria.

Demetrios Papademetriou, presidente del Migration Policy Institute Europe, puso en duda que el Papa vaya a influenciar a congresistas, especialmente aquellos que “han sido incapaces o reticentes” a alcanzar acuerdo alguno sobre las leyes de inmigración.

“Es más probable que afecte a la opinión pública y no a las personas en el Congreso”, dijo al participar en un evento reciente de la National Press Foundation. “Los dos partidos tienen discrepancias fundamentales sobre qué hacer con la inmigración ilegal o con los retos en la frontera”.

El profesor de sociología de la Catholic University of America Enrique Pumar dijo que si bien el impacto político de la visita papal es difícil de predecir, es posible que Francisco refuerce el mensaje de la Iglesia católica sobre la inmigración ilegal.

La iglesia católica estadounidense “ha defendido siempre a los migrantes, pero no lo ha hecho con la energía que requiere el tema”, agregó el académico nacido en Cuba. “Si no lo hace ahora con el Papa aquí, no sé cuándo, honestamente”.

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