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Laura Esquivel defiende su cargo público y urge a todos a meterse en política

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EFE

La escritora y diputada mexicana Laura Esquivel defendió en entrevista con Efe el cargo de subsecretaria que va a asumir en la cartera de Cultura del presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, a la vez que opinó que todos deberían “meterse en política”.

La autora de “Como agua para chocolate”, honrada este viernes en Phoenix (Arizona) durante la décimo-primera reunión de escritores latinoamericanos en EE.UU., señaló que se va a dedicar con sus “cinco sentidos” a la dirección de la Subsecretaria de Cultura en México.

Cuando se le cuestionó si como escritora disfruta ser funcionaria pública, la diputada no dudo en responder que lo considera “una obligación de todo ser humano”.

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“Todos los que dicen ‘yo no me meto en política’, yo les digo ‘pues deberías’, y tal vez el mundo sería diferente, tenemos que participar con la claridad de que lo que estamos haciendo, no se va a limitar a un cambio de cien personas, es un cambio que se va reflejando de una manera mucho más amplia”, opinó.

Esquivel dijo además que ese puesto político no tiene por qué alterar su oficio literario: “Yo soy autora, no voy a poder dejar de escribir (...), me voy a seguir levantando temprano, seguiré produciendo, y a la hora que entre a la oficina me dedico a eso”.

A su juicio no existe una diferencia entre ser funcionario o escritor, ya que “todo acto íntimo se refleja en el público y todo acto público se refleja en el íntimo y en el bienestar de la comunidad”.

La autora se describió como la hija de una madre fronteriza que nació en Piedras Negras (México), por lo que señaló que su relación con la frontera fue cercana, pero a la vez confusa.

“La familia de mi madre es de frontera, tengo mucha familia allá y en San Antonio (Texas), recuerdo que de niña no entendía la cuestión de las fronteras y sigo sin entenderla, es lo más absurdo que existe, poner barreras”, dijo.

Señaló que desconoce el origen de la política antiinmigrante que se vive en Estados Unidos y considera que “la intención es crear separación, miedo y fragmentación”.

“Es el deseo de mantener a todos ‘estos (estadounidenses)’ encerraditos en su casa, creyendo que todo es peligroso y no deberían relacionarse con nadie dentro de un país aparentemente seguro”, dijo.

“Pero la seguridad es inversamente proporcional al bienestar que pueda tener tu vecino del lado, no son las armas, ni los muros, se debe de entender que la seguridad tiene que ver con el bienestar común”, agregó.

La literata visualiza en sus novelas un México más real, el que asegura está implícito en la memoria colectiva y los corazones de los mexicanos, alejado del narcotráfico y los estereotipos.

“Los medios, las películas, la televisión actual exhiben las series para latinos relacionadas con el narco, nos quieren encasillar en eso y es lamentable. Del México que yo hablo es el que atraviesa por situaciones difíciles, pero encuentra una salida”, dijo.

Manifestó que el México que destaca es el de sus novelas “Como agua para chocolate” y “La Malinche”, donde resalta un país que “comparte, que ayuda y es generoso”.

“Hay muchas cosas que no se pueden destruir, hay una memoria genéticamente implantada en nuestro corazón y un espíritu maravilloso que sale a flote en las grandes crisis, es cuando se te pone la piel chinita y te dan ganas de llorar, cuando ves ese espíritu del mexicano”, resaltó.

Por otro lado, Esquivel describió la escritura como un “arte de amar” y aseguró que los reconocimientos no llegan con la edad, ni con el camino recorrido como autora sino con “el afecto de la gente”.

“Desde el principio fue muy satisfactorio ver lo que pasaba con la novela (Como agua para chocolate), siempre me he sentido muy afortunada y he recibido a cambio de lo que he escrito grandes amistades”, expresó.

A casi treinta años de haber escrito “Como agua para chocolate”, libro que la catapultó en un plano internacional y que fue traducida a más de 30 idiomas, esta mujer de melena ensortijada y sonrisa amplia reconoce en el poder del amor en su vida y profesión.

“El escribir es un acto de amor, como es cocinar, estar sentando aquí contestando tus preguntas es un acto de amor, no hay otra manera de actuar que no sea el de enlazar, cuando haces que dos cosas se junten, cuando tu permites que mi palabra llegue y la aceptas es amar”, explicó.

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