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Nikuyah Walker, la alcaldesa afro que combate el racismo en Charlottesville

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EFE

Nikuyah Walker, la primera alcaldesa afroamericana de Charlottesville (EE.UU), la ciudad que vivió una trágica marcha de supremacistas blancos hace un año, tiene como misión principal combatir el racismo latente que sufren las minorías en esta urbe del centro del estado de Virginia.

Esa lucha fue una de las principales consignas de la campaña a la alcaldía de esta mujer de 38 años, que llegó al cargo en enero de este año, cuatro meses después de la concentración neonazi “Unir a la derecha”, que puso a su localidad en el foco de la actualidad informativa mundial.

Walker se presentó como candidata independiente, después de rehusar al Partido Demócrata por considerar que sus miembros “habían fracasado en su tarea de abordar el racismo sistemático y la desigualdad económica” de Charlottesville, de acuerdo a varias entrevistas en medios locales.

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Su candidatura tomó impulso después de que miles de supremacistas blancos marchasen hace un año por Charlottesville en protesta por la retirada de una estatua de Robert E. Lee, un general de la Confederación durante la guerra civil de Estados Unidos.

Después de exhibir durante horas símbolos fascistas, un manifestante neonazi embistió con su vehículo a una multitud que participaba en una contramarcha antirracista, acto que acabó con la vida de una mujer, Heather Heyer, e hirió a otras 19 personas.

Esa marcha con resultado infausto acabó convirtiéndose en un símbolo de la tensión racial que existe aún en Estados Unidos, pero también despertó a miles de ciudadanos que no veían esa realidad y que acudieron a las urnas para mostrar su enfado.

“Estoy segura de que lo que sucedió el verano pasado jugó un rol importante en los resultados de las elecciones”, reconoció sin temor Walker en declaraciones esta semana a la Radio Pública Nacional (NPR, en sus siglas en inglés).

Los agitados comicios en Charlottesville se transformaron en una firme respuesta al racismo al proclamar una alcaldesa negra por primera vez en la historia de esta localidad de 47.000 habitantes.

“Hicimos historia anoche y ahora tenemos que trabajar”, escribió Walker en su Twitter horas después de alcanzar ese hito.

Desde entonces, la alcaldesa ha abogado por batallar contra el racismo desde dentro de las instituciones, ampliar el número de viviendas de protección pública y potenciar la escolarización en su ciudad nativa, entre otros proyectos.

Para Walker, que fue madre adolescente y tiene tres hijos, crecer en Charlottesville como una persona de raza negra es “duro”, sobre todo por las altas tasas de encarcelamiento que sufre su comunidad.

“No conozco a ningún afroamericano en Charlottesville que no tenga un porcentaje importante de su familia que haya sido encarcelado o que actualmente lo esté”, señaló en la misma emisora de radio.

Walker, sin embargo, tiene la oportunidad ahora de cambiar a nivel local aquellas cuestiones que ella misma ha sufrido en sus carnes, un racismo latente que tuvo su pico en aquel funesto fin de semana de agosto de 2017.

La alcaldesa tendrá ahora la misión de coordinar la respuesta local a las marchas que vivirá su ciudad este fin de semana.

En las últimas horas, se han intensificado las medidas de seguridad en el centro de Charlottesville, donde las autoridades han modificado las vías de acceso tanto para vehículos como para peatones.

Para esta tarde está prevista una manifestación de estudiantes que reclamará como propia una plaza de su campus universitario donde se ubica una estatua del expresidente estadounidense Thomas Jefferson (1801-1809) y alrededor de la cual el año pasado se concentraron los supremacistas con antorchas.

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