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“Cómo piensan las piedras”, la ficción de Brenda Lozano con la vida cotidiana

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Cuando leyó unos cuentos de Raymond Carver, Brenda Lozano quedó fascinada por cómo las ficciones comenzaban con objetos tan rutinarios como una aspiradora o un teléfono. ¿Esto también es literatura?, se preguntó la mexicana, que ahora presenta un libro de relatos nacidos de los márgenes de la vida cotidiana.

“¿Cuáles son las grandes historias?”, se pregunta en una entrevista con Efe Lozano (Ciudad de México, 1981), quien con el libro de cuentos “Cómo piensan las piedras” convierte en ficción aquellos detalles o anécdotas que, asegura, son los que acaban quedándose en nuestra memoria de forma más permanente.

Pone el ejemplo de que, al evocar la figura de Donald Trump, a ella se le vienen imágenes como la del presidente estadounidense mirando directamente al eclipse del pasado 21 de agosto, o que en ocasiones lo que más se recuerda de una relación larga pasada son cosas como el champú que utilizaba la otra persona.

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Para la también autora de “Todo nada” y “Cuaderno ideal”, cualquier frase o “nota marginal” de los medios es susceptible de convertirse en la semilla de la historia: “Es un momento de coincidencia, como que tienes ganas de hacer algo y casi necesitas cualquier pretexto para que te lo saque”.

Relata anécdotas como que hace unos días se le quedó grabada una frase que le reprochó un hombre a su pareja por la calle, “no soy parte de la ecuación”, o que una de las historias incluidas en este nuevo libro se le ocurrió cuando escuchó unos extraños ruidos en la casa del vecino que no conseguía descifrar.

Los cuentos los ha hilado a través de un elemento que ha colocado de forma estratégica en segundo plano, como un “fantasma” que le ha servido para dar unión a la compilación: las piedras.

“Las piedras tienen algo, son objetos silenciosos que además son una metáfora del tiempo”, reflexiona al respecto.

En algunos de los cuentos, sintió un interés especial por que las protagonistas fueran mujeres con “voces fuertes suficientemente autónomas”.

La escritora afirma que los clásicos griegos, que son “las bases de la literatura”, están llenos de mujeres “tremendas”, pero que en la actualidad está cansada de leer historias en las que únicamente hay personajes masculinos o visiones sobre la mujer con las que discrepa, como le sucedió hace poco con “Lolita”, de Vladimir Nabokov.

“Creo que es más compleja la idea de la mujer que tiene alguien como Kim Kardashian que ‘Lolita’; esta cosa como superobjetualizada de la mujer romantizada y el escritor a mí en lo personal me aburre muchísimo”, dice, y matiza que aun así tiene pasajes subrayados de la novela porque son “muy buenos”.

Sus desencuentros no son solo con Nabokov. Comenta que, por ejemplo, hay varios escritores jóvenes en español, especialmente en México, que le inspiran mucho más y que prefiere leer frente a mitos de la literatura patria como Octavio Paz.

“Tengo pleitos o complicaciones con algunas cosas de generaciones pasadas”, admite.

Lozano fue incluida en mayo pasado en la lista Bogotá 39, anunciada por el Hay Festival y que aglutina a los 39 mejores escritores de ficción menores de 40 años en América Latina.

Reconoce que la lista, en la que también están incluidos mexicanos como Gabriela Jauregui, Emiliano Monge y Valeria Luiselli, fue polémica, pero que “es necesario también que así sea y que haya discusiones”.

Países como Argentina, Chile y Colombia tienen “muy buenos escritores jóvenes”, lo que le hace pensar que, si bien la política se está derrumbando o hay equipos de fútbol de la región que jamás despuntan, al menos quedan las artes para sentirse optimista.

“Creo que hay mejor selección mexicana de literatura que de fútbol, sin duda”, bromea la escritora, quien tras reírse agrega un “bueno, con el perdón de Chicharito”.

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