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Concejo de San Diego proclama día en tributo a hispano muerto en Iraq

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San Diego proclamó hoy el Día del Sargento Rafael Peralta en memoria del méxico-estadounidense que murió en combate protegiendo a sus compañeros y que este fin de semana quedará inmortalizado en un buque de guerra que llevará su nombre.

Su madre, Rosa Peralta, recibió la placa conmemorativa de manos del concejal David Álvarez, quien resaltó los actos heroicos del soldado nacido en México que se enlistó en la Marina de EE.UU. el día que recibió su residencia legal permanente.

El mexicano murió el 15 de noviembre de 2004 en Iraq al cubrir con su cuerpo una granada que se encontraba en el área de combate, lo que salvó la vida de varios de sus compañeros.

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“Me siento como en las nubes, muy contenta y le doy gracias a Dios”, dijo la madre al término de la ceremonia en el Concejo municipal.

Hace dos años la ciudad de Chula Vista, la segunda más grande en el condado de San Diego, proclamó un día en memoria del sargento Peralta.

Debido a su sacrificio, se consideró la posibilidad de que obtuviera la Medalla de Honor, que es la máxima condecoración de heroísmo en las Fuerzas Armadas.

Sin embargo, en 2008 el Departamento de Defensa rechazó la petición al argumentar que el sargento no estaba consciente al momento de cubrir la granada con su cuerpo, hecho que causó indignación de algunos congresistas y familiares.

En junio de 2015, el entonces secretario de la Marina, Ray Mabus, otorgó a la familia la Cruz de la Marina, el segundo reconocimiento más alto de su tipo, en una ceremonia realizada en la base militar de Camp Pendleton, en San Diego.

Pese a que no se dio el máximo mérito, autoridades militares optaron por nombrar el buque que será botado este fin de semana en el puerto de San Diego como homenaje al héroe hispano.

“Es algo muy especial, no cualquier persona recibe este reconocimiento”, dijo a Efe el comandante en jefe del USS Rafael Peralta, Germán Lira, quien dijo que la embarcación tiene capacidad para 320 tripulantes.

La madre de Peralta donó la Cruz de la Marina para que viaje por siempre con la embarcación, además de su uniforme y una águila que el sargento tenía en su recámara.

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