Anuncio

Celebran el Ramadan tras registrarse aumento en incidentes y crímenes de odio

Share

Los musulmanes latinos observan el Ramadán preocupados por su seguridad por el incremento de incidentes y crímenes de odio en 2016, que han continuado este año con incendios y actos de vandalismo en varias mezquitas.

“Tras los atentados del 11-S las mezquitas comenzaron a tener más vigilancia. Han instalando cámaras o tienen policías o seguridad privada en las noches, cuando estamos rompiendo el ayuno” durante el Ramadán, dijo a Efe Abu Sumaya Lebrón, director del capítulo en Nueva Jersey de la organización “Islam in Spanish”, que nació hace 15 años para educar a latinos sobre la práctica de esa religión.

De acuerdo con Lebrón, que conoció el Islam hace dos décadas cuando estaba en una pandilla, celebran con preocupación el Ramadán, que comenzó el pasado 26 de mayo, “porque han pasado y siguen pasando tantas cosas” en contra de esta comunidad en el país, donde el año pasado se registraron 260 ataques, comparado con 180 en 2015, cuando se incrementaron en un 374 % en relación a los 38 de 2014.

Anuncio

En los últimos tres años se registró un alza de 600 % en los crímenes de odio, según un estudio divulgado el pasado mayo por el Consejo nacional de Relaciones Islámico-Estadounidenses (CAIR), que aseguró que el gobierno de Donald Trump tiene “mucha de la culpa” por los incidentes y ataques.

Lebrón, que asiste a la mezquita en Union City, en Nueva Jersey, donde estima que un 20 por ciento son hispanos, asegura no obstante que en este estado no han experimentado ese tipo de incidentes pero, advierte que temen agresiones en la calle contra sus esposas o hijas porque su vestimenta les identifica. Son tres veces blanco de discriminación: por ser mujer, latina y musulmana.

“Tenemos mucho cuidado porque el mundo ha cambiado y nunca sabes de la gente ignorante que quiera hacernos daño. Muchos creen que somos árabes porque los árabes y los latinos nos parecemos”, argumentó para agregar que el Islam “no es una fe de terrorismo ni de hacer daño a la gente”.

La salvadoreña Orbelina Acosta, que asiste a dos mezquitas en Nueva Jersey, aseguró a Efe que, al igual que Lebrón, no ha confrontado ningún problema por su fe.

“Uso mi hijab todo el tiempo y voy sola a la mezquita, no tengo temor y nunca me han atacado. Trabajo con el público, con gente de todas las razas y religiones y nunca me han discriminado”, dijo Acosta, que se convirtió al Islam hace unos 15 años.

Pero no es la realidad para otras comunidades musulmanas que han visto, en lo que va de año, cómo cinco mezquitas han sido quemadas o blanco de vandalismo, dos en Texas, otra en Washington, una en Michigan y otra en Florida.

Wilfredo Ruiz, portavoz de CAIR en Florida, aseguró que hay una comunidad musulmana “tomando el asunto de la seguridad mucho más en serio”, con mezquitas con sistemas de seguridad permanentes o vigilancia contratada durante el mes de su celebración religiosa.

“Eso se ve en Florida en la mayoría de los centros islámicos, pero alrededor del país también porque en sus 33 capítulos CAIR tiene institucionalizado informar a la comunidad la importancia de tomar la seguridad en serio”, indicó.

Asegura que el alza en los crímenes de odio va tomado de la mano con la retórica de la campaña electoral “que estuvo bien cargada en cuanto al tema racial, en la que los latinos y musulmanes fueron el balón político”.

Destacó que el capítulo de la Florida de CAIR recibía un promedio de 67 llamadas de ayuda y desde las elecciones comenzó a subir hasta llegar a 87 el pasado enero y a 170 en febrero, tras la firma de la orden ejecutiva prohibiendo la entrada a EE.UU. a musulmanes de siete países.

“Hay una sensación general de frustración porque se sigue presentando al musulmán como el terrorista cuando es el perpetrador pero cuando es víctima, no se le presenta como tal”.

“No se habla del musulmán víctima del Estado islámico, que ha matado más musulmanes que cristianos, judíos o ateos y ha violado más mujeres musulmanas” que de otros grupos de fe.

Anuncio