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Devuelven al mar de San Juan tortuga Carey, especie en peligro de extinción

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Una de las pocas tortuga Carey (eretmochelys imbricata) que quedan en Puerto Rico, especie autóctona de la isla, fue liberada hoy al mar tras completar un proceso de rehabilitación por grupos voluntarios locales.

Blanca, como se le bautizó a esta reptil, fue devuelta al Océano Atlántico siete mes después de ser rehabilitada en el Centro de Conservación de Manatíes de la Universidad Interamericana de Puerto Rico por varias heridas que recibió en sus aletas por mordeduras de un tiburón en Vieques, isla municipio situada al este de la isla.

Según explicó hoy a Efe el director del Centro de Conservación de Manatíes, Antonio Mignucci, esta tortuga Carey, de 15 años y de 130 libras (59 kilos), fue encontrada en octubre pasado con la aleta pectoral derecha cercenada y otras traseras lastimadas en la playa Blanca por miembros del Grupo Tortugero en Vieques.

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“Esperamos que con esta liberación, se pueda reproducir en la arena a desovar. Le pusimos un transmisor para vigilarlo”, indicó el también profesor del Recinto de Bayamón de la Universidad Interamericana.

Mignucci contó que esta fue la primera liberación de un Carey en Puerto Rico en alrededor de seis años.

“Este animal está en peligro de extinción y cada individuo es importante, y más si es adulto, pues era más importante para que pueda reproducir”, aseveró Mignucci sobre esta tortuga, la cual durante su proceso de rehabilitación desovó 100 huevos, pero de los que solo dos sobrevivieron y que también fueron liberados hoy.

Estas tortugas Carey, explicó Mignucci, viven en áreas cercanas a los arrecifes de coral donde se alimenta comúnmente de esponjas marinas y medusas.

Igualmente, anidan en las costas de Puerto Rico todo el año, pero mayormente en los meses de agosto y octubre.

Mignucci indicó que para la rehabilitación de la carey Blanca fue asistido por los veterinarios marinos puertorriqueños Antonio Rivera y Ricardo Fernández y veterinaria mexicana de tortugas marinas Ana Negrete.

Este grupo de médicos, según dijo Mignucci, trató a la tortuga con antibióticos, vendajes de azúcar y tratamiento con agua “ozonificada”.

La rehabilitación fue completada también gracias al auxilio del Centro con grupos tortugueros como Sociedad Chelonia, Grupo 7- Quillas y Yo Amo al Tinglar, bajo permisos del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales y el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos.

Por su parte, el biólogo Raymond Flores, director de la Sociedad Chelonia -organización dedicada a la investigación y conservación de tortugas marinas en Puerto Rico-, dijo a Efe que el trabajo de su organismo fue alimentar al carey liberado este jueves con esponjas, corajes y algunos crustáceos.

Flores dijo además que es crítico el nivel de peligro de extinción de estas tortugas autóctonas a nivel mundial, por su caza excesiva, para obtener su carne, mientras que su caparazón se vende para joyería y piezas artesanales.

“Tenemos que continuar difundiendo esta alerta para recuperarla. Las amenazas de ella continúan, se la comen en República Dominicana y en otras islas. La importancia es la protección de todos los individuos”, enfatizó.

La Carey Blanca se une a los varios manatíes, liberados por el Centro en sus 27 años de función, detalló Mignucci.

Algunos de ellos son Moisés, Rafael, Tuque, Aramaná y Yuisa. Moisés fue liberado en Pelican Cove en Ceiba, actualmente tiene 26 años y nada por la zona de Naguabo.

Rafael y Tuque fueron liberados en Punta Salinas en Toa Baja, al norte de la isla. Rafael, no obstante, murió un año después de su liberación, mientras que Tuque tiene 12 años, vive y nada en Salinas, al sur.

Yuisa, por su parte, nada también en aguas de Punta Salinas, y Aramaná regresó al Centro de Conservación de Manatíes, porque quedó varada cerca de allí.

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