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Nueva ley de Nueva York impactará principalmente a familias latinas y negras

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La nueva ley que prohibirá que los adolescentes de 16 y 17 años sean juzgados como adultos en Nueva York tendrá mayor impacto para las comunidades negras y latinas, que componen el 72 % de quienes son arrestados cada año en este estado.

De esos, también son el 80 por ciento de los que son sentenciados y enviados a prisiones del estado, de acuerdo con datos de la coalición nacional Raise the Age, que lideró una intensa campaña nacional para lograr el cambio en la ley.

“Aunque la población en general del país es blanca, no son los que ocupan las prisiones, son los negros y los latinos”, dijo a Efe la abogada Josefina M. Bastidas, subdirectora ejecutiva de Center for Community Alternatives, que brinda servicios a niños en el Centro de Detención Juvenil Crossroads en Brooklyn (para menores de 16 años).

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Igualmente atienden a los adolescentes en la cárcel municipal de Rikers Island, una de las más peligrosas del país, donde esperan que se vea su caso en corte, y donde muchos han sido objeto de abusos que van desde agresión o confinamiento en solitario, que llevaron al Departamento de Justicia de EE.UU a demandar a la ciudad.

De acuerdo con Bastidas, el perfil en general de los menores en Rikers, “un sistema de opresión que no debería existir”, es de pobreza, y como resultado de ello muchos no están bien alimentados, no tienen una buena educación, han sido víctima de abusos, son usuarios de drogas, tienen problemas de salud mental y “no tuvieron la mejor defensa que se puede tener cuando se tiene dinero”.

“Envías a una persona indefensa de este tipo a la cárcel y lo que estás creando es la generación futura de criminales”, advirtió la subdirectora de Center for Community Alternatives, que formó parte de la coalición que buscaba establecer un sistema de justicia criminal “que sea más justo y no discrimine a los principales discriminados, los negros y latinos”.

Luego de intensas audiencias públicas y negociaciones, la Legislatura aprobó hace una semana, y el gobernador Andrew Cuomo convirtió en ley rápidamente, la propuesta “Raise the Age”, que se había convertido en su prioridad.

Con este importante paso, Nueva York, donde cerca de 28.000 menores de 16 y 17 años son arrestados y enfrentan la posibilidad de ser juzgados como adultos cada año, salió de ser uno de dos estados, junto con Carolina del Norte, que trataba como adultos a estos niños.

“Los niños están literalmente agonizando debido a esta política que tenemos hoy”, dijo recientemente Cuomo como parte de sus esfuerzos por poner fin a un proceso legal que ha llevado a miles de jóvenes a Rikers Island, que será cerrada por la ciudad en un proceso que tomará diez años. Si son sentenciados, los jóvenes son enviados a prisiones del estado junto con adultos.

Sin embargo, la ley establece, en lo que es un reto para la administración del alcalde Bill de Blasio, que para el 1 de octubre del 2018 los menores de 17 años hayan sido sacados de Rikers y reubicados en otra facilidad.

La ley surge luego de que la comisión que nombró Cuomo en 2014 advirtiera “la urgente” necesidad de reformas a un sistema con “sobre representación” de negros y latinos, una “alta tasa de suicidio” y “aumento en la reincidencia”, entre otros problemas.

“Raise the Age” permitirá, entre otras cosas, que los casos de delitos menores, que componen la vasta mayoría de los que son arrestados, puedan ser enviados a la cortes de familia y que los jóvenes sean tratados de acuerdo a su edad y con los servicios apropiados para evitar la reincidencia.

“Ya por lo menos se dieron cuenta del problema tan serio de tratar de esa forma a menores, que aún no tienen la mente suficientemente desarrollada para tomar decisiones como adultos”, destacó Bastidas.

Para Glenn Martin, presidente de JustLeadershipUSA, que lideró una campaña para el cierre de Rikers, adonde fue enviado a los 16 años, la nueva legislación “pondrá fin a la práctica inhumana de colocar a menores en cárceles y prisiones de adultos”.

Afirmó que ayudará en particular a familias negras y latinas “cuya gente joven son con demasiada frecuencia víctimas de políticas excesivas y sentencias injustas”.

“Deberíamos estar criando a nuestros jóvenes, no tirándolos en cárceles como Riker’s, donde la mentalidad es de asesinar o ser asesinado”, dijo Martin.

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