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La tensa espera de los “soñadores” causa estragos en su salud mental

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El suspense por el futuro del programa de Acción Diferida (DACA) y la posibilidad de que el presidente Donald Trump ordene su deportación ha comenzado a hacer mella en la salud mental de muchos “soñadores”, que llegan a padecer ansiedad, depresión e, incluso, ataques de pánico.

“Es horrible, sientes que todo se mueve, todo gira y de pronto sientes que no puedes respirar”, explica sobre los ataques de pánico que sufre desde hace tres meses Mónica Moreno, una joven de 26 años que pidió utilizar este nombre falso para proteger su identidad.

La joven, madre de dos menores, ambos ciudadanos estadounidenses, tuvo que acudir el mes pasado a una clínica comunitaria en Tucson (Arizona), donde también le diagnosticaron depresión.

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“Trato de concentrarme en otras cosas, pero es muy difícil, constantemente estoy pensando en qué va a pasar conmigo y mi familia si me quitan los ‘papeles’”, reconoce en entrevista con Efe.

Moreno llegó a EE.UU. cuando tenía solo seis años de la mano de sus padres indocumentados. Creció y estudió en Arizona, pero solo pudo terminar la secundaria porque, debido a su estatus migratorio, no podía proseguir con una carrera universitaria.

Su vida cambió cuando en 2012 el entonces presidente, Barack Obama, anunció la creación de DACA, programa que le otorgó un permiso temporal de residencia y de trabajo, lo que le permitió conseguir un empleo, comprar una casa y ayudar económicamente a su madre.

“Sería muy difícil volver a ser indocumentada, pero sobre todo lo que más me llena de temor es que el gobierno tiene toda mi información, mi dirección. Tengo miedo de que lleguen a mi casa y nos puedan detener a todos y deportarnos”, explica.

Durante su campaña a la Presidencia, Trump prometió eliminar DACA, pero recientemente la Casa Blanca dijo que los soñadores no son “una prioridad” para la nueva administración.

Sin embargo, un borrador de orden ejecutiva filtrado a los medios de comunicación la semana pasada muestra que el Gobierno federal considera la idea de eliminar el programa y no renovar los permisos de trabajo expedidos bajo DACA.

Toda esta espera y las medidas en materia migratoria de Trump, como levantar el muro en la frontera de México y reforzar a la Patrulla Fronteriza y el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), está teniendo un efecto negativo en la salud mental de los migrantes, entre ellos los jóvenes amparados con DACA.

“Las personas están muy nerviosas, los niveles de depresión han aumentado, los problemas de ansiedad han aumentado significativamente. La gente no sabe cuál va a ser su futuro, no saben qué esperar y cuando se vive en una incertidumbre de este tipo se impide que la gente funcione en su total capacidad”, explica a Efe la psicóloga Elena Parra.

La especialista, que atiende a varios pacientes con similares preocupaciones, indica que estos problemas pueden impactar en sus relaciones personales y laborales, pues la autoestima de muchos migrantes se ve afectada ante las continuas críticas y comentarios en su contra.

“Quizás para algunos no tenga importancia, pero para otros el daño puede ser muy serio, sobre todo porque no saben cómo explicarles a sus hijos la situación que están enfrentando”, dice.

La psicóloga recomienda a las personas en esta difícil situación que busquen ayuda profesional y grupos de apoyo.

Esta idea la comparte la activista Dulce Matuz, cofundadora de la Coalición del Acta Sueño en Arizona, quien considera que lo mejor que pueden hacer los “soñadores” es salir a luchar y no quedarse con los brazos cruzados.

“Desde un principio supimos que DACA era frágil, porque no era una acción legislativa, que con un nuevo presidente podría haber cambios”, reconoce.

Por ello, invita a los jóvenes con DACA a unirse y trabajar con renovadas fuerzas para enfrentar el peligro que corren.

“Estamos viendo los dos lados de la moneda. Sí, hemos visto gente con más miedo, pero también hay gente que le está echando muchas ganas, que se están apurando para tomar más clases, que están buscando comprar casa, que están tratando de aprovechar cada momento que puedan mientras tengan el beneficio de DACA”, puntualiza.

La esperanza de estos jóvenes es que el presidente no actúe mientras se analiza la propuesta bipartidista presentada en el Congreso bajo el acrónimo BRIDGE (puente, en inglés), que daría permiso de trabajo y residencia estos indocumentados durante 3 años mientras se logra una reforma migratoria integral.

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