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Uber advierte que los incidentes en P.Rico perjudican la imagen de la isla

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La responsable de Comunicaciones de Uber para Centroamérica y el Caribe, Julie Robinson, dijo hoy que los últimos incidentes protagonizados entre algunos de sus conductores y taxistas en Puerto Rico perjudican la imagen internacional de la isla.

Robinson señaló en conferencia de prensa que el objetivo de la compañía es poner fin a cualquier enfrentamiento y trabajar en favor de la economía de Puerto Rico, declaraciones que siguen a un incidente en el que un conductor de la empresa mostró un arma de fuego a un grupo de taxistas durante un incidente en San Juan.

La imagen del conductor de Uber, un antiguo agente de la Policía, levantándose la camisa para mostrarla a los taxistas cuando éstos le recriminaban que recogiera a un cliente en Condado, el distrito turístico de la capital, fue difundida en las redes sociales y contribuyó a retomar la polémica sobre la actuación de esta empresa.

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“Queremos poner fin a estos actos de violencia”, sostuvo Robinson, después de dejar claro que la política de la compañía es la de que se respete la ley en todo momento.

“Uber tiene una política contra el uso de armas por parte de conductores e usuarios”, dijo la responsable de comunicaciones regional de Uber.

El jefe de la Policía de Puerto Rico, José Caldero, había señalado sobre ese incidente que el antiguo agente de la Policía, identificado como José Perelló y que abandonó el cuerpo hace 4 años, no cometió ningún delito, además de no haberse recibido denuncia alguna de taxistas sobre el incidente.

“Mostrar el arma como lo hizo no es delito”, zanjó Caldero, que en breve abandonara el cargo.

Robinson destacó que el objetivo ahora es limar asperezas con todos los sectores implicados para trabajar en favor de la economía de la isla, donde dijo que Uber ha triunfado, como lo demuestra el que haya registrados 12.000 conductores y 125.000 usuarios en la aplicación.

Subrayó que la demanda va en aumento y que cada semana cerca de 6.000 personas demandan el uso de Uber para ser recogidos en el Aeropuerto de San Juan, un servicio que no se puede satisfacer debido a la prohibición de la normativa local, que sin embargo si permite llevar personas a esas infraestructuras.

Uber quiso destacar los problemas que sufren sus conductores con el testimonio de dos de sus socios, Domingo Saavedra y Aidelisa Vargas, quienes relataron amenazas por parte de taxistas que en el caso del primero le llevaron a dejar San Juan por Mayagüez, municipio de la costa oeste, para evitar la presión a la que se sentía sometido.

Aunque el caso más habitual es el de conductores de Uber que afirman ser acosados por taxistas también, en sentido contrario, se han dado a conocer por medios de la isla quejas de éstos últimos que lamentaban la actitud violenta de los socios de esa empresa.

El presidente del Sindicato General de Taxistas de Puerto Rico, Otoniel Adorno, dijo hoy a Efe que Uber fue introducido en la isla caribeña por el Gobierno saliente “de forma irresponsable”.

“El Gobierno -de Alejandro García Padilla- ha provocado una guerra civil entre puertorriqueños”, indicó Adorno, que reconoció que hay fricción entre dos grupos que lo único que tratan es de ganarse la vida.

El líder sindical del sector del taxi matizó que los conductores de Uber no son sus enemigos, tras insistir en que la responsabilidad de lo que pasa es del Gobierno.

Uber opera en Puerto Rico bajo la normativa del Departamento de Transportación, aunque inicialmente la Comisión de Servicio Público (CSP) solicitó que esa compañía quedará bajo su ámbito de competencia, lo que fue desestimado por un tribunal.

En las últimas semanas los taxistas reclamaron a la Compañía de Turismo de Puerto Rico (CTPR) que diseñara un plan para que los conductores de Uber no operasen dentro de las áreas de interés turístico de la zona metropolitana de San Juan, petición que el sector asegura no ha sido satisfecha.

Robinson matizó hoy que los conductores de Uber no pueden recoger clientes en aeropuertos, puertos y hoteles, aunque en este último caso la restricción se limita el área de entrada, pero no a las cercanías de esos establecimientos.

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