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Campos: La corrupción no tiene límites en Uganda

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La corrupción es algo normal para muchos seres humanos. Es imperdonable, pero en ciertos casos, se puede comprender aunque sea sólo un poco. Me refiero a si somos corruptos por necesidad, por hambre, por miedo...no está bien, pero se puede llegar a entender.

Otra cosa es, si somos corruptos sin necesidad, por el simple hecho de tener más poder o riqueza. Además, si por nuestra avaricia perjudicamos y ponemos en riesgo la vida de los demás, en ese caso es inaceptable.

Ambos casos se dan en Uganda. Desde el gobierno, hasta los miembros de las tribus son corruptos. Es su forma de vida, es su cultura. Ya en casa, lejos de Uganda, puedo explicar lo que yo ví y viví. El presidente, Yoweri Museveni,y su guerrilla llegaron alpoder en 1986.

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Museveni, ha sido reelegido hasta ahora, por medio de procesos electorales, considerados irregulares. Aunque hay grupos clandestinos que tienen organizaciones para luchar por un CAMBIO.

Cada casa, organización,establecimiento y escuela debe tener una foto del presidente por su propio bien. Mi amigo David, me ha contado que Uganda es una dictadura disfrazada de democracia: que el presidente miente al hablar de su edad para no tener que dejar el poder.

Cada vez que hay elecciones, si algún politico se atreve a presentarse para presidente, desaparece o aparece muerto en misteriosas circusntancias.

Como es el caso de la joven de 24 años, Cerinah Nebanda, quien fue envenenada el día después haber discutido con el presidente, enfrente de otros miembros del parlamento.

Mientras el gobierno recibe millones de dólares de USA y Europa para el desarrollo del país, la población ugandesa no tiene comida, ropa, medicamentos o agua. Eso sí, los politicos aumentan su patrimonio comprando casas y coches de lujo.

La policía no está lista para este tipo de practicas. Lo viví en primera persona cuando dos policias, me pararon y me pidieron una identificación ugandesa. Obviamente, queda claro que no soy africana. Les enseñé mi documento español, pero insistieron en que tenia que tener un permiso ugandés, sino tenia que acompañarles a ‘comisaría’.

Otra opción era pagarles 80000 chelienes ugandeses (aproximadamente 30 Dólares). No cogí ninguna de las dos alternativas. Me despedí de ellos y seguí caminando hacia delante. Tenía claro que no me iba a ir con ellos a ningún sitio.

Tampoco quería pagarles nada y someterme a su estafa. No se si hice bien o mal, o me arriesgué demasiado, pero fue mi decision. Eso si, no quise mirar hacia atrás durante un buen rato para que no se percataran de mi miedo y mis dudas.

Ahora mismo, la mayoría de los donantes internacionales ha retirado de sus presupuestos, la ayuda al desarrollo para Uganda. Así, es imposible el CAMBIO. Estos niños se merecen una oportunidad, un futuro mejor que la falta de conciencia e integridad les está robando.

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