Anuncio

Maestro de kenpo de Duarte tiene motivos especiales para enseñar a la gente a defenderse

Share

Mientras hay personas que solo practican las artes marciales para aprender a pelear o como un pasatiempo, hay otros como Maurice Gómez que dedican gran parte de su vida a perfeccionar el conocimiento de su disciplina y exaltar sus virtudes.

Siguiendo los pasos de su hermano mayor, a quien “idolatraba”, Gómez tomó en su niñez clases de distintos estilos de artes marciales, como hapkido y taekwondo. Sin embargo, el kenpo karate fue la disciplina que más lo atrajo.

“El kenpo realmente me llamó la atención porque era un estilo callejero de defensa propia. Es de las pocas disciplinas que es efectiva y práctica”, dijo Gómez, de 38 años, quien es dueño de la escuela MG Kenpo Academy en Duarte.

Anuncio

“Este arte fue fundada por [el maestro] Edmund K. Parker; lo vi en persona en 1988 en [la competencia] Long Beach Internationals. Ahí fue donde vi qué tan increíble es el kenpo”, dijo Gómez a HOY Deportes.

De acuerdo con el originario de La Puente, el kenpo es más complejo que otras disciplinas.

“Es un arte marcial basada en principios. En vez de solo lanzar golpes y patadas, realmente estás aprendiendo sobre la ciencia de esta disciplina. La escuela de kenpo es como la Universidad de Harvard de las artes marciales”, comentó.

Pese a que en sus años de formación practicó esta modalidad del karate y se empapó de toda la información que podía encontrar sobre ella, la carrera de Gómez dentro del kenpo no tomó una dirección formal hasta 2002.

Recién graduado de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) con un título en Ciencias de la Computación, se inscribió en la afamada escuela Ed Parker Kenpo Karate en Pasadena, la cual era en ese tiempo considerada como “La Meca” del kenpo.

“Siempre me voy a acordar de esto, pero lo uso como motivación. No pude estar ahí para defenderla cuando me necesitaba, pero ahora puedo ayudar a otros”

— Maurice Gómez, maestro de kenpo

“Leyendas de las artes marciales como Chuck Norris, Joe Lewis y Bruce Lee entrenaron en esta escuela”, dijo.

Desde entonces, Gómez, un cinta negra Cuarto Dan, ha participado en diversas competencias oficiales.

En 2004, ganó su primer campeonato en el prestigioso torneo Long Beach International Karate Championships, y ha sido un competidor avalado por The National Blackbelt League (NBL), la principal liga de torneos de karate en Estados Unidos.

Una misión especial

Como padre de dos niñas gemelas, Gómez señaló que siente que es su deber enseñarle a las damas cómo protegerse en la calle y andar con confianza. Por ese motivo, cada tres meses ofrece talleres gratuitos de defensa propia para mujeres en su escuela.

“Tengo muchas amigas y he escuchado de las cosas que les han pasado a algunas, y es horrible porque como amigo no quieres que nada malo les pase”, expresó Gómez.

“Cuando te das cuenta de que les pasó algo, te empiezas a preguntar, ‘¿qué podría haber hecho yo para ayudarlas?’. Lo que sí puedo hacer es darles la oportunidad de que no anden con miedo y se sepan defender”, señaló.

Su misión de empoderar a todas las mujeres que pueda alcanzar también es impulsada por una tragedia personal por la que pasó en 1996.

Su exnovia fue violada y asesinada por un sujeto desconocido; su cuerpo fue encontrado al lado de una carretera. Y desde entonces, Gómez ha vivido con un sentimiento de culpabilidad, pues siente que debió haber estado al lado de ella.

Sin embargo, los años le han enseñado a usar esa terrible experiencia de una manera positiva.

“Siempre me voy a acordar de esto, pero lo uso como motivación. No pude estar ahí para defenderla cuando me necesitaba, pero ahora puedo ayudar a otros”, aseveró.

De estudiante a maestro

Fue en 2007 cuando Gómez le dio un giro importante a su trayectoria dentro del kenpo; pasó de ser estudiante a maestro de forma inesperada.

Un día fue invitado a evaluar un examen de grado de cinta en una escuela en Santa Clarita que estaba ubicada dentro del garaje de una casa. El hecho de que había un dojo en una área residencial lo dejó intrigado.

“Esa noche, al llegar a casa, abrí mi garaje y me imaginé que podía hacer con el espacio”, dijo Gómez.

“Me tomó como un mes para construir mi gimnasio, pero solamente lo veía como un mi espacio personal para entrenar. Sin embargo, durante este tiempo mis vecinos se me acercaban y me preguntaban, ‘Maurice, ¿que estás haciendo?’ Cuando les decía lo que estaba haciendo, querían saber si iba a ofrecer clases”, relató.

“Sin darme cuenta, ya había una lista de personas que estaban interesadas en tomar clases sin que el dojo estuviera listo. Cuando terminé de construirlo los llamé a todos, y así empezó esto”, agregó.

Gómez, quien hace tres años fue contratado por el Departamento de la Policía de Los Ángeles como instructor de defensa personal, dijo que una de sus preocupaciones es que sus estudiantes usen su mejor juicio a lo hora de defenderse en la calle.

“Cuando aprendes artes marciales básicamente estás aprendiendo a lastimar a una persona. Pero al mismo tiempo, si te llega a pasar algo y estás en una situación en donde te tienes que defender, debes hacer todo lo que sea necesario para salirte de ese problema. Pero no hay que rebasar los límites, porque hay una gran diferencia entre la defensa personal y la agresión”, aseguró.

El instructor recordó cómo, en 2007, tuvo que echar mano del kenpo fuera de su escuela para salvar su vida cuando un sujeto le puso una pistola en la cabeza durante un robo.

“Tuve la fortuna de aprehender al individuo, parar el atraco y prevenir que escalaran las cosas. Fue una reacción instantánea; vi el barril de una pistola de cerca y respondí de inmediato”, indicó Gómez.

Anuncio