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La patinadora mexicoamericana Vanessa Torres habla sobre su legendaria carrera y cómo venció al alcohol

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Tras una grave lesión de rodilla, este fin de semana la patinadora mexicoamericana Vanessa Torres volverá a competir cuando se despliegue sobre el asfalto de las olimpiadas de los deportes extremos, los X Games, que se celebran en Minneapolis, Minnesota.

Hace casi diez meses la originaria de Anaheim, cuyo padre es de Tijuana, sufrió un desgarre en el ligamento cruzado anterior de su rodilla derecha mientras estaba participando en la filmación de un video de skateboarding.

En una entrevista con HOY Deportes, Torres comentó que no le fue nada fácil volver a subirse a una patineta, pues en los 19 años que lleva patinando jamás había padecido de una lesión de esa magnitud. Pero, aun así, ansiaba mucho su regreso.

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“Titubeé de primero. Definitivamente tenía miedo, fue la primera lesión grave que había sufrido”, dijo la patinadora de 31 años de edad. “Fue algo que me puso fuera de acción por varios meses. Pero además de estar nerviosa también estaba emocionada”.

Sin embargo, la distinción de ‘pionera’ no es algo que a Vanessa le gusta adjudicarse.

“A veces se me olvida cuanto tiempo llevo en esto. Personalmente no creo que usaría la palabra ‘pionera’ para describirme. Pero la he escuchado cuando personas que conozco han hablado de mí”, enfatizó. “Se siente muy bien el ser parte de algo tan importante en el mundo del patinaje y los deportes en general. Quizás si soy una ‘pionera’, sin embargo, soy una entre otras”, indicó.

Después de caer en un bache en su carrera, que le causó su problema de alcoholismo, el año pasado pudo repuntar y subió al podio en los X Games de Oslo, Noruega y en los de Austin, Texas.

Como si tomara un segundo aire, Torres cree que aún le queda mucho tramo por recorrer en el skateboarding profesional, tras debutar en el 2002. Piensa que su lesión terminó siendo una “bendición”, ya que durante el proceso de rehabilitación aprendió mucho sobre las precauciones que debe tomar en el futuro, y sobre los programas de entrenamiento de fuerza y acondicionamiento, a los cuales ve como la clave de su longevidad deportiva.

“Para ser honesta, siento que apenas estoy empezando”, exclamó.

El alcohol

El éxito ha marcado gran parte de la carrera de Vanessa, también hay otra cosa significante que llegó a marcarla, pero de una manera negativa: el alcohol.

“Va de la mano con el estilo de vida del patinaje”, dijo. “El ser joven y entrar a una industria en donde todavía no había encontrado mi identidad como persona, naturalmente me dejé llevar por lo que pensé que debía de estar haciendo”.

La mexicoamericana indicó que fue durante la parte temprana de sus años 20, cuando empezó a tomar agresivamente todos los días. Su dependencia al alcohol eventualmente terminó afectándola severamente a nivel personal y profesional.

“Debido a mi relación con el alcohol, no tenía control de cualquier cosa que me hacía feliz”, comentó. “Ya no patinaba mucho, perdí patrocinios porque obviamente no estaba cumpliendo como una atleta que estaba representando a una compañía. Paré de patinar por un rato, casi nadie sabía de mí”.

Pero quizás el golpe más fuerte que tuvo que soportar fue en el 2012 cuando los X Games la dejaron de invitar para competir; fue movida a la lista de patinadoras suplentes. Una justa que ella había ayudado a esta-blecerse, ya no quería saber mucho de ella.

Pese a estas preocupantes circunstancias, Torres siguió tomando. Pero ya estaba consciente de todo el daño que le había causado su problema con el alcoholismo.

“En el tiempo antes de que dejara de tomar, es cuando empecé a ver que en la lista de cosas malas que me podían pasar por el alcohol, ya no había muchas cosas”, expresó.

En el 2015 fue cuando decidió tomar su primer paso hacia la sobriedad. Sabía que probablemente no le quedaba mucho tiempo si no hacía algo.

“Llegué a un punto donde ya estaba cansada de estar cansada de mi vida, quería un cambio”, explicó. “Creo que el camino hacia el que me estaba dirigiendo era el de mi muerte”.

A dos años de darle un giro a su existencia, Torres señaló que la experiencia por la que ha pasado ha sido gratificante y le ha dado fortaleza. Su ansiedad y depresión han disminuido, y finalmente tiene el tipo de vida que siempre había deseado.

“Tengo salud. Me siento bien todos los días, patino todas las mañanas. Es prácticamente la vida que siempre he querido y ahora la estoy viviendo”, dijo. “Tal vez me ha tomado mucho tiempo para llegar a este punto, pero es mejor que haya sucedido así a que jamás hayan cambiado las cosas”.

Ahora que no depende del alcohol, el patinaje se ha convertido en una importante línea de vida para Torres. Reconoció que sin él, quizás hubiera regresado a la oscuridad.

“He tenido mucha fortuna, porque mucha de la gente que quiere dejar de tomar no tiene algo en lo que puedan invertir su tiempo y usarlo para sustituir el alcohol”, explicó. “Si no fuera por el patinaje hubiera recaído. Ha salvado mi vida varias veces, pero esta vez lo hizo de gran manera”.

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