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Campeón Leo Santa Cruz revela que su papá tiene cáncer

(Allen J. Schaben / Los Angeles Times)
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sabía que su padre, José, era un hombre fuerte, pero la medida de esa fortaleza fue puesta a prueba ecuando Leo y sus hermanos se reunieron con él y con lágrimas le comunicaron la mala noticia.

“Tienes cáncer”, le dijeron los hijos a Santa Cruz padre, de 56 años, dándole detalles de que tiene mieloma, en etapa 3, un tipo de cáncer en la espina dorsal que requiere de quimioterapia y cirugía.

“Lo primero que dijo fue, ‘esto no es nada’, sin llantos, sin nada”, dijo Leo Santa Cruz, al hablar públicamente por primera vez sobre la enfermedad. “Estábamos llorando, pero él dijo, ‘no importa. No me asusta. Lo voy a vencer’”.

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Después de pasar por un gimnasio de boxeo en México como adulto, José se obsesionó con el deporte y prometió que convertiría a uno de sus cuatro hijos en campeón mundial.

En el Sur de California trabajó como cocinero y pintor, e hizo una rutina diaria el llevar a sus hijos al gimnasio de boxeo y entrenamiento. Sus hijos mayores, Antonio, José Armando y Robert, no pudieron lograr esa misión.

Pero Leo, de 27 años, ganó el campeonato de peso gallo en 2012 en el StubHub Center y luego se dirigió a su papá con el cinturón y le dijo: “Toma, es tuyo”.
Casi cuatro año después, Leo Santa Cruz (32-0-1, 18 KOs) ha ganado cinturones en tres divisiones y ha comenzado su preparación en La Puente para defender su corona de peso supergallo ante Carl Frampton (22-0, 14 KOs).

Siempre presente

La pelea se llevará a cabo en el Barclays Center de Brooklyn, Nueva York, y se podrá ver por Showtime.

En cada paso, en cada pelea, José Santa Cruz ha estado en la esquina de sus hijos, usando un sombrero, con una medalla de oro grande y la camisa desabotonada deliberadamente.

“Es mi mundo. Siempre ha estado a mi lado desde que estaba chico”, dijo Leo. “No puedo imaginarme no tenerlo conmigo, es algo que no podría soportar. Ha sufrido mucho para que nosotros estemos aquí… en este punto. Queremos disfrutar por todo lo que ha trabajado, de que tenga su recompensa”.

José perdió 30 libras y estuvo el 30 de abril en una pelea en el StubHub Center en silla de ruedas. El 9 de mayo comenzó su quimioterapia, un proceso que debe de durar entre 30 a 45 días. Luego se someterá a una cirugía en la espina dorsal y vendrá la recuperación.

“Pienso que estará al 100% y que podrá ir a mi pelea”, dijo Leo.

Dos días después, Antonio supervisó el entrenamiento del campeón ante la ausencia de su papá. Antonio era el segundo hombre en la esquina durante las últimas seis peleas.

“Me dice, ya sabes qué hacer. Ya te enseñé, solamente empújalo, empújalo lo suficiente para que haga lo que siempre hace, no tengo que decirte”, dijo Antonio.

“Ahora estamos tristes. Lo necesitamos ahí. Estoy acostumbrado a que me diga mi papá, ‘hazle esto’, quiero escucharlo, para saber que estoy bien. Es un poco difícil decirle qué hacer a Leo porque mi papá no está aquí”.

Leo dijo que la presencia de su papá- “él sabe hacer lo correcto”- no se puede medir. Estuvo ahí en febrero cuando Santa Cruz noqueó a Kiko Martínez en el Honda Center.

“Boxéalo, boxéalo y muévete”, ordenó José.

“Comencé a hacer eso y comencé a golpearlo”, dijo Leo sobre su victoria.

Con mucha fe y esperanza

El campeón dijo que se ha mantenido orando, desde que supo la noticia, en su casa en La Habra Heights, donde su papá se queda con él.

Leo le entregó a José la medalla de oro bendecida por el Papá Francisco que le regalaron por el presidente del Consejo Mundial de Boxeo, Mauricio Sulaimán.

“La forma en la que me dice las cosas [en el entrenamiento] me molesta, pero es por mi propio bien”, dijo. “No está gritando ahora. Tiene que estar libre de tensión. Si viene al gimnasio, se va a estresar. Necesita estar descansado”.

“Lo que yo quiero es que mi papá esté ahí para mi pelea. Los doctores saben la fecha y están buscando que pueda ir… me dicen, ‘tú entrena y entrena duro y para el día de la pelea, lo tendrás ahí’”.

“Será difícil sin él”, dijo el boxeador.

Encontrando la motivación

Leo dijo que la pelea de su papá contra el cáncer ha invertido los papeles de motivación.

“Tú siempre nos decías que fuéramos fuertes cuando estábamos creciendo. Ahora es tú turno, es hora de ir 15 rounds”, le dijo José a su papá.

El dolor en la espalda de José llegó durante unas vacaciones de la familia en Hawái. José estaba en un paseo para pescar pero sentía tanto dolor que dejó de comer y se quedó en la cama por el resto de las vacaciones.

Aun así, José le dijo a Antonio que había gozado de esos días.

El boxeador escuchó eso y aseguró que “hay más de esta vida para gozar”.

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