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Puig tiene reunión emocional con medio hermano en Cuba

(YAMIL LAGE / AFP/Getty Images)
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Para los que no han visitado, Cuba podría resultar caliente, ruidoso, espectacular. Todo al mismo tiempo.

También puede ser muy difícil. Y con eso se nos viene a la mente Yasiel Puig, quien frecuentemente es todo lo mencionado.

Pero Puig es de Cuba y hasta esta semana no había estado en en la isla por casi cinco años. Y eso pareció ser una eternidad para Yoan Hernández, el medio hermano de Puig.

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“Lo extrañé”, dijo Hernández el miércoles, un día después de una reunión emocional con su hermano.

Cuando Puig dejó Cuba en busca de riquezas en las ligas mayores, su familia se quedó atrás y pensó que nunca lo verían otra vez. Los desertores que dejan la isla se arriesgan a pasar un largo tiempo en la cárcel y es muy difícil, sino imposible, para los cubanos viajar a Estados Unidos.

Pero mucho de eso quedó atrás después de que cuatro desertores de la isla se les permitió regresar esta semana en un tour organizado por las Grandes Ligas y la Federación Cubana de Béisbol, una visita que ambos lados buscan que facilite la contratación de jugadores cubanos a las Ligas Mayores.

Más de 300 jugadores cubanos han dejado su país en los últimos 24 años y para muchos de ellos fue difícil hacerlo.

“No pensamos que lo iban a dejar volver por las leyes y las restricciones”, dijo Hernández, de 33 años, vestido con la camisa de los Dodgers, mientras estaba a un lado de Puig en el Estadio Latinoamericano, donde el jugador del equipo angelino estaba impartiendo una clínica. “Una vez mi mamá nos dijo que iba a volver a Cuba y no le creí. Hasta que lo vi. Pensé que era una mentira”.

Muy cerca, Yohandri Grandal y su papá Avelino se sentaron en la primera fila del estadio, viendo la clínica. Béisbol y política ha separado a esta familia también.

El hermano de Yohandri, Yasmani, el catcher de los Dodgers, dejó Cuba por Miami con su mamá hace 17 años. Sus hermanos lo ven raramente y Avelino dice que no ha visto a su hijo desde 2010.

Se acercó el miércoles a Clayton Kershaw, quien también está en el tour, y vio a Avelino ondear una camisa de los Dodgers con el nombre de Grandal y su número. Así que Kershaw caminó hacia los dos hombres y los saludó de mano.

Por ahora, el hablarle al pitcher que le tira bolas a su hermano es lo más cerca que Yohandri puede estar de una reunión con su hermano. Pero existe la esperanza de que oficiales de béisbol en Estados Unidos y Cuba puedan cambiar eso.

Entre las propuestas planteadas es que equipos de las Grandes Ligas hagan una pretemporada o entrenen durante la temporada en Cuba.

“Sería un gran cambio”, dijo Hernández.

El resto de Cuba parece estar listo para ello también.

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