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Equipo de básquetbol femenil de East Los Angeles College sigue rompiendo esquemas 

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En los últimos cinco años el equipo de básquetbol femenil del Colegio del Este de Los Ángeles [ELAC] ha pasado de la irrelevancia a ser una de las potencias en el estado de California a nivel colegio comunitario.

En 2015 llegaron a la instancia de semifinales del torneo estatal por primera vez en los 69 años de existencia de la escuela, para el siguiente año llegaron hasta el juego de campeonato.

Y esta temporada siguieron con ese paso excelso. Durante la temporada regular registraron una marca récord de 26-2 y conquistaron su primer campeonato de la División Norte de la South Coast Conference desde la década de los 80. En el presente torneo estatal, cayeron en cuartos de final en Siskiyous College, pero dejaron una muy buena impresión y siguen soñando con mejorar año con año.

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El entrenador del equipo, Bruce Turner, acredita el éxito que está viviendo su programa al hecho de que ha podido atraer muchas jugadoras de calidad.

“Es emocionante. Desde que llegué aquí siempre he dicho que si tenemos a las mejores atletas de nuestra área y algunas de fuera, podemos competir con cualquiera”, dijo a HOY Deportes Turner, quien se hizo cargo del equipo hace 12 años y que ha sido nombrado el Entrenador del Año de California en 2013 y 2016. “[Este éxito] es una culminación de todo lo que hemos hecho en el pasado. Todas las chicas que han jugado aquí lo han hecho con mucho corazón y determinación”.

El despertar no sucedió de la noche a la mañana, el equipo no se clasificó a los playoffs hasta la quinta temporada bajo la tutela de Turner. Gracias a la racha de buenos resultados, las Huskies ya están en la mira de muchos.

“En años pasados nadie venía a hacer visorias, ahora todos están aquí tomando video y haciendo su tarea. Esto es un testimonio de cómo las chicas se están desempeñando y cómo están trabajando los entrenadores”, señalo Turner.

Para la jugadora de segundo año y guardia titular Alissa Gómez, el jugar para ELAC es un reto que ella buscó. Tras graduarse de la preparatoria Roosevelt, en donde fue jugadora del equipo de varisty durante todos sus cuatro años ahí, ella tenía ofertas para jugar en varios colegios comunitarios del área como Rio Hondo y Pierce, pero escogió a las Huskies por su nivel de competencia.

“Había escuchado que habían tenido buenas temporadas y yo quería ser parte de esto. Soy muy competitiva, me gusta medirme contra otras chicas que tienen un mejor nivel”, comentó. “En ELAC] he podido jugar con las mejores del área y jugar básquetbol en conjunto”.

Identidad y orgullo comunitario

Aunque el programa atrae a jugadoras de diversos destinos, en gran parte la escuadra está compuesta por jugadores providentes de las preparatorias de las comunidades hispanas aledañas a la escuela. En un deporte en donde las jugadoras latinas no figuran mucho en los equipos colegiales a cualquier nivel por cuestiones de estatura, a la entrenadora asistente Sarai Trinidad, le produce mucho orgullo lo que han logrado las Huskies.

“Hay muchas chicas que han sido subestimadas, y aquí las hemos juntado. Juegan con coraje y aunque tengan que pulirse un poco más en la duela, tienen ganas”, explicó Trinidad. “Para mí el trabajo duro siempre se va a sobreponer al talento. Es algo que creo que hemos establecido aquí…los jugadores creen en [esta filosofía]”.

“Espero que también inspiremos a nuestra comunidad. No contamos con mucha estatura y venimos de distintos orígenes, pero aquí hemos llegado con una meta en mente, la de ganar campeonatos”.

La jugadora de primer año y graduada de la preparatoria Garfield, Mónica García, que es una de las más productivas de las Huskies en cuanto a puntos anotados, anhela ser una de los artífices que ayuden a establecer a las latinas dentro del básquetbol en este país.

“Creo que podemos ser igual de talentosas que cualquier jugadora afroamericana, anglosajona o de otras razas que predominan en este deporte”, subrayó García, cuyo objetivo primordial es lograr una beca deportiva para jugar en una universidad de la primera división de la NCAA.

Triunfando en el salón también

Para Turner la estadística más importante que ha producido su programa en el tiempo en el que él ha tenido las riendas, no tiene que ver con las victorias en la duela. Desde 2006, cada año más del 90% sus jugadores logran continuar sus estudios en una universidad de cuatro años, y algunas lo han hecho con becas deportivas. Hace tres años Dioseline López, quien actualmente participa en la Liga Nacional de Baloncesto Profesional Femenil de México, fue la primera jugadora del entrenador en ganarse una beca para jugar en un equipo universitario de la primera división de la NCAA, UC Santa Barbara. La centro del equipo de este año, Anastasia Tsybaeva, ya está apalabraba para jugar con USC el próximo año escolar.

“Todas van a ser profesionales, pero no en básquetbol como dicen los comerciales. Quieres jugar el mayor tiempo posible. López firmó un contrato profesional en México y eso fue maravilloso y un gran logro para nuestro programa. Sin embargo, muchas de nuestras chicas van a ser abogadas, doctoras, maestras y consejeras municipales”, manifestó Turner. “Es importante que nuestro porcentaje de trasferencias sea alto para poder competir con otras escuelas. Impulsamos a las chicas para que tengan todos sus requisitos académicos en orden al final de su segundo año [en ELAC] para que tenga mejores posibilidades de ser reclutadas”.

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