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Tatiana Suárez venció al cáncer y otros obstáculos antes de ganar TUF

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El triunfo de Tatiana Suárez el viernes pasado en Las Vegas no fue lo que la mayoría de los aficionados de UFC hablaron después del fin de semana de UFC 200. Sin embargo, la historia de la residente de Covina es probablemente la más cautivadora.

Una noche antes de UFC 200, en la final de la competencia The Ultimate Fighter (TUF), que reúne a los mejores nuevos talentos de las artes marciales mixtas (MMA), Suárez disputó el campeonato de peso paja ante Amanda Cooper, a quien venció por sumisión.

“Pensó que me iba a quebrar, pero de donde yo vengo no nos quebramos”, dijo Suárez al ser entrevistada en el octágono. “Ella dijo algo, que me iba a quebrar. He pasado por mucho, he tenido que vencer al cáncer y vengo de un lugar donde decimos, ‘no nos quebramos, nosotros quebramos a la gente’”.

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En realidad, Suárez hablaba del lema de su escuela preparatoria Northview High de Covina, en donde comenzó a destacar en la lucha, siguiendo los pasos de su tío y su hermano Chris. En Northview fue parte del equipo masculino, ganó un título de liga y participó en torneos regionales.

“Tengo mucho corazón; si me quieres ganar me vas a tener que quebrar el brazo o noquearme”, advirtió la peleadora de 25 años.

Su mamá Lisa le explicó a HOY Deportes que su hija siempre había peleado ante rivales más fuertes.

“Estaba bien chiquita cuando empezó… Peleaba muchas veces contra hombres, raramente contra mujeres”, indicó Lisa. “Ha tenido que vencer muchas cosas desde chica”.

Tatiana Suárez durante una competencia en la preparatoria. Suárez ganó esa pelea.

Tatiana Suárez durante una competencia en la preparatoria. Suárez ganó esa pelea.

(Christine Cotter / Los Angeles Times)

Suárez llegó a ser la mejor en los 55 kilos en Estados Unidos y ganó medallas de bronce en los campeonatos del mundo en 2008 y 2010.

Justo cuando estaba por disputar las eliminatorias rumbo a los Juegos Olímpicos de 2012, sufrió una lesión de cuello.

Una resonancia magnética reveló que tenía un disco dañado. Después de algunos exámenes más, descubrieron que también tenía un crecimiento canceroso en las glándulas de tiroides.

“Cáncer es una palabra muy grande. Definitivamente nos puso de rodillas, pero tuvimos fuerza. En nuestra casa siempre decimos que las cosas pasan por algo. Dios no te da cosas que no puedes aguantar. No puedes nada más estar abajo, sin levantarte”, agregó la madre.

Después de varias sesiones de radiación y algunas cirugías durante los siguientes dos años, se recuperó de la lesión del cuello y le removieron el cáncer. Sin embargo, la enfermedad y la lesión le negaron el sueño de ir a las Olimpiadas.

Pero el destino le tendría una recompensa. El sábado pasado se convirtió en la campeona de The Ultimate Fighter con un récord invicto de 4-0.

“Creo que el no ir a las Olimpiadas fue algo que Dios me quitó, pero con esto me dio algo nuevo, un sueño nuevo”, dijo la peleadora, que entrena en Rancho Cucamonga. “Es mi segunda oportunidad”.

“Creo que pertenezco a un escenario grande”, dijo Suárez, quien recibió también el premio del Desempeño de la Noche. “Creo que esta noche es hasta ahora la mejor noche para mí, pero cuando yo sea la mejor, será definitivamente la mejor noche”.

Suárez también comentó que su mamá es madre soltera y no fue fácil crecer con recursos limitados.

“Crecí en una comunidad de bajos recursos. Mi mamá nos crió sola; ella siempre nos puso antes que a ella. Nunca vivimos en una casa bonita porque mi mamá tenía que pagar por cuatro hijos y apoyarlos en hacer deportes. Le importaba más nuestro éxito que el tener una casa bonita o cosas buenas”, indicó la peleadora, quien vivió la mayor parte del tiempo en Azusa.

“Desde que la vi cuando nació, le vi sus ojos y vi a una campeona”, dijo la madre orgullosa, mientras se alejaba para celebrar junto a sus otros hijos un gran triunfo de la familia.

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