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OPINIÓN: Todavía no den por muertos a los Cowboys

Tony Romo regresó con los Cowboys.

Tony Romo regresó con los Cowboys.

(Rob Foldy / Getty Images)
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Aunque algunos lo negarán eternamente, me parece que ha quedado clara la valía de Tony Romo, a quien considero uno de los quarterbacks de élite en la NFL.

Cuando un equipo que apenas el año pasado tuvo uno de los mejores ataques de la liga y llegó hasta el playoff divisional, ha perdido todos sus juegos sin su QB titular, prácticamente con el mismo roster, entonces está claro quién es la pieza más importante del rompecabezas.

Romo se fracturó la clavicula izquierda en el juego de la Semana 2 ante los Eagles, un partido que Dallas todavía logró ganar sin él. Sin embargo, desde entonces los Cowboys habían perdido siete partidos en fila, la racha más larga del equipo desde aquella temporada de 1989, cuando Troy Aikman era novato y el equipo terminó 1-15.

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Dicha racha negativa se acabó este domingo cuando los Cowboys vencieron a domicilio a Miami, ya con ’Romocop’ de regreso en los controles. La fisonomía del ataque texano cambió radicalmente. Durante sus siete derrotas, los Cowboys anotaron 20 puntos o menos en cinco de esos siete partidos.

Ante los Dolphins, con Romo todavía un poco “oxidado”, los Cowboys anotaron 24 puntos y se vieron mucho más efectivos. Incluso el ataque terrestre funcionó mejor -Dallas corrió para 166 yardas-, porque ya con la amenaza de enfrentar a un quarterback de la categoría de Romo, las defensivas rivales no pueden poner a tantos defensivos en la “caja”.

Así, los ’Boys’ mejoraron su marca a 3-7 y se acercaron a dos juegos de los Giants, que con récord de 5-5 lideran el Este de la NFC.

Antes del juego ante Miami, Dallas tenía posibilidades de solo el 3% de llegar a playoffs, las cuales se incrementaron con su triunfo sobre los Dolphins, pero siguen siendo escasas.

Además, su calendario es durísimo. La próxima semana reciben a los invictos Panthers (10-0), en la Semana 14 visitan Green Bay y en la 16 visitan la “congeladora” de Buffalo.

Aunque todavía mínimas, lo cierto es que las posibilidades de clasificar de Dallas aumentaron considerablemente con el regreso de Romo. En 2014 Carolina llegó a perder seis en fila y tuvo marca de 3-7-1, pero ganó sus últimos cuatro y se metió a playoffs. En una división tan mediocre como el Este de la NFC, no hay razón para pensar que algo así pueda volver a pasar.

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