La NFL manda, incluso en sus malos tiempos

La NFL tiene algo que hace que la gente siempre esté al pendiente de ella. Entre agosto y enero no hay nada más importante en los deportes americanos, pero incluso cuando no hay temporada, siempre sale algo: el Combine, la agencia libre, el draft, el calendario de juegos. Siempre hay algo.

Esta columna iba a estar dedicada completamente a la NBA, que vive su mejor momento. Los Clippers están que no creen en nadie y parecen ir en buen camino hacia las primeras finales de conferencia de su historia.

Los Ángeles disputaba anoche en casa el Juego 4 de su serie ante Houston, en la que aventajaba 2-1 a los Rockets, que incluso sin tener que lidiar todavía con un Chris Paul al 100 por ciento, habían permitido 117, 109 y 124 puntos de los Clippers en los primeros tres partidos.
De hecho, de no ser porque L.A. desperdició una ventaja de 13 puntos en la segunda mitad del Juego 2, esta eliminatoria estaría casi sentenciada.

Como se han visto las cosas hasta ahora, los Rockets no parecen tener lo necesario para eliminar a los dirigidos por Doc Rivers. Incluso podríamos decir que los angelinos han sido el mejor equipo en lo que va de los playoffs, eliminando en la primera ronda a los campeones Spurs, en una serie que quedará en los libros como una de la mejores en la historia de la NBA. Y ahora están dejando en ridículo a un equipo de Houston que ganó 56 juegos en la temporada.

Pero ni eso ni las múltiples lesiones de jugadores estrella como Kyrie Irving y Kevin Love, que casi dilapidaron las aspiraciones de un titulo para LeBron James (Cleveland), o Pau Gasol (Chicago), lograron eclipsar la nota de la semana: Tom Brady fue encontrado culpable de participar en el “Deflategate”, y en los próximos días la NFL suspenderá al mariscal de los Patriots.

Para muchos tal vez sea sorprendente, pero no lo es. La cultura de la trampa en Nueva Inglaterra es de todos sabida, y este episodio no viene más que a confirmarlo.

Varios reportes indican que la sanción será severa para Brady, no tanto por la falta como tal, pues en realidad no es tan grave –muchos quarterbacks hacen lo mismo–. La ventaja de un balón ligeramente desinflado no es tanta para un pasador como lo es para un corredor, quien con un balón sin tanta presión puede sujetar mejor el balón. Tal vez eso explique por qué los Pats son uno de los equipos que menos fumbles comete.

Para demostrar lo poco que eso influye en un juego, baste decir que, según la investigación de la NFL, la liga ya sabía que los balones no estaban bien calibrados y aún así dejó que el partido se jugara con ellos, para agarrar “con las manos en la masa” a los Pats.

La gravedad del asunto radica en que Brady y los Pats, en vez de aceptar su culpabilidad, mintieron hasta cansarse para defender lo indefendible y ahora tendrán que pagar las consecuencias. Algunos hablan de una suspensión de hasta una año para el que es uno de los símbolos de la liga, aunque tal parece improbable.

La eventual salida de Brady de los Pats ha sido tema de conversación desde hace tiempo y este asunto probablemente ha acelerado el proceso.

Lo que es incuestionable es que el legado de Brady y los Pats ha quedado manchado por siempre.