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Previa: Los Rams regresan a L.A. con grandes expectativas, pero la realidad puede ser otra

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El comienzo de esta nueva temporada de la NFL será extra especial para muchos aficionados del futbol americano en el área. Por primera vez en 22 años, la pasión que produce el trepidante deporte de los emparrillados se podrá vivir de primera mano en Los Ángeles gracias a los Rams.

En 1995 los de Azul y Oro abandonaron el Sur de California para mudarse a San Luis, Missouri, pero en enero oficializaron su regreso a esta zona la cual fue su hogar durante casi cinco décadas.

El recibimiento que ha tenido el equipo ha sido notable, en los dos partidos de pretemporada que jugaron en el Coliseo Memorial, vendieron más de 80 mil boletos en cada uno. Para los siete partidos que sostendrán como locales -en la Semana 7 recibirán a los Gigantes de Nueva York pero en Londres- 70 mil entradas ya están aseguradas por cotejo.

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Sin embargo, a días de que los Rams empiecen su campaña en Santa Clara visitando a los 49ers de San Francisco, ¿podrá respaldar toda la expectativa en el campo?

Aunque existe la esperanza de que puedan llegar a los playoffs por primera vez en 12 años -la realidad puede de ser la misma de los últimos tiempos.

La campaña pasada los Rams finalizaron con un récord de 7-9, y es muy posible que esta campaña terminen igual ya que ostentan prácticamente el mismo plantel.

Para empezar, tienen el tercer calendario de juegos más difícil de la NFL. Sus rivales de esta campaña tuvieron un alto promedio combinado de victorias la temporada pasada de .551. Dentro de la División del Oeste de la Conferencia Nacional se encuentran con los Cardenales de Arizona (13-3) y los Seahawks de Seattle (10-6), dos de los principales favoritos para llegar al Super Bowl.

Al frente de los Rams está Jeff Fisher. Con 21 años de experiencia como entrenador en jefe en la NFL, Fisher está entrando a su quinta temporada con el equipo. Desde que tomó las riendas en 2012 tiene una marca de 27-36, no ha tenido una campaña de más de siete victorias y todas han sido perdedoras. El veterano mandamás actualmente se encuentra en pláticas de renegociación de contrato con la gerencia del equipo, sin embargo, se cree que si no logra entregar mejores resultados, su gestión terminaría.

El principal problema del equipo es su ofensiva, más específicamente su juego aéreo.

El quarterback titular es Case Keenum; reemplazó al decepcionante Nick Foles a mediados de la temporada pasada. Sin embargo, simplemente está en la posición en la que está porque no hay más.

El novato Jared Goff de la Universidad de Cal, elemento que causó que los Rams intercambiaran varias selecciones en el pasado draft para poder tomarlo con la primera selección, tuvo un desempeño errático durante pretemporada. Actualmente se encuentra como el tercer mariscal detrás de Sean Mannion.

LOS ANGELES, CALIF. - AUG. 20, 2016. Feature photo of the Rams cheerleaders from the game against the Kansas City Chiefs on Saturday night, Aug. 20, 2016, at the Los Angeles Memorial Coliseum. (Luis Sinco/Los Angeles Times)
(Luis Sinco / Los Angeles Times)

Keenum por su parte, es un quarterback limitado, su brazo no es de los más fuertes y no tiene mucha movilidad dentro de la bolsa. Su mayor fortaleza es su seguridad, sabe cuidar el ovoide y leer bien a las defensas rivales.

Pero los Rams no solo carecen de un mariscal de peso, en su fila de receptores tampoco poseen a un jugador desequilibrante. El elemento más destacado en esta unidad es Tavon Austin, quien hace una semana firmó una extensión de contrato por cuatro años valorada en $42 millones. Pese a que no un receptor con mucho tamaño, es bastante dinámico y ágil. El año pasado consiguió sus mejores números como profesional, anotó nueve touchdowns y acumuló 907 yardas desde la línea de golpeo. Aun así, estuvo lejos de ser unos de los más sobresalientes de la liga, terminó la campaña en el puesto 66 en cuanto a los receptores más productivos. Le siguen la eterna promesa Kenny Britt y Brian Quick, un jugador con un físico impresionante pero que no ha podido recuperarse de una severa lesión de hombro que sufrió en 2014.

Pero no todo es gris en la defensiva, en el juego terrestre los ‘Carneros’ cuentan con una tremenda carta, Todd Gurley. El jugador de segundo año es visto como uno de los corredores de elite y como el elemento más consistente de su equipo. En solo 13 partidos jugados el año pasado, Gurley fue el tercer mejor corredor en cuanto a yardas acumuladas por tierra con 1106 en 229 acarreos. También encontró la zona de anotación en 10 ocasiones. Se prevé que vuelva a producir las mismas estadísticas una vez más ya que Fischer va a volver a depender de él como su caballo de batalla.

La unidad defensiva de los Rams es sin duda el lado más fuerte del conjunto angelino. Aunque el equipo decidió dejar ir a dos bastiones de su defensa, el ala defensiva Jake Long y el linebacker James Laurinaitis, para ahorrar dinero, todavía ostentan a jugadores de un gran nivel. Uno de ellos es el tacle defensivo Aaron Donald, quien la temporada pasada registró 11 capturas, la octava mejor cifra en la NFL. El que está llamado a ser el nuevo líder defensivo en reemplazo de Laurinaitis es el talentoso linebacker Alec Oggltree. Para esta campaña se moverá a la posición de linebacker medio tras jugar como externo durante tres años.

Pronóstico:

Con equipos de la talla de Arizona y Seattle dentro de su división, es difícil ver a los Rams conquistar su primera corona divisional desde 2003. Y para poder aspirar a quedarse con uno de los cupos de comodín para la postemporada de la Conferencia Nacional, tendrían que por lo menos conquistar 10 triunfos. Esto no es muy probable considerando que en los últimos años no han podido por lo menos terminar con una marca pareja. La sequía de Los Ángeles sin un equipo de la NFL llegó a su fin, pero la sequía de los Rams sin jugar en los playoffs seguirá un año más. Cerrarán la temporada regular con un récord de 8-8.

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