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Luis Suárez, incontenible jugando de 9 en el Barcelona

Luis Suárez ha dado resultados con el Barcelona.
Luis Suárez ha dado resultados con el Barcelona.
(Daniel Tejedor / AP)
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Sonriente y con el balón de recuerdo bajo el brazo, flanqueado por Andrés Iniesta, Neymar y Lionel Messi en boyante pose, Luis Suárez inmortalizó su primer triplete con el Barcelona, el sábado en la goleada por 8-0 en cancha del Córdoba, exhibiendo la radiante fotografía en las redes sociales.

“Con el Gordo y no es Ronaldo. Felicitaciones!”, añadió luego el argentino Javier Mascherano, especialmente perceptivo a las sensibilidades de su compañero uruguayo, quien también aterrizó en la entidad azulgrana procedente del Liverpool.

Con tres goles de variada factura, Suárez acercó al Barsa al objetivo de levantar su 23er título de liga, pues los “culés” marchan líderes con dos puntos de ventaja sobre el Real Madrid cuando restan tres fechas para la conclusión del campeonato.

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Pero el internacional celeste también completó una vuelta de ensueño con el club que apostó por su controvertido fichaje tras la sanción de la FIFA por morder al italiano Giorgio Chiellini en el pasado Mundial de Brasil. Incorporado con retraso a la disciplina barcelonista y pese a estrenar su cuenta en la Liga de Campeones contra el débil Apoel Nicosia, a Suárez le costó arrancar en la faceta goleadora y, tras siete fechas sin marcar, empezaron los murmullos sobre la decisión de haber desembolsado cerca de 90 millones de dólares por su fichaje.

Ninguno salió del vestuario, pues tanto los jugadores como el cuerpo técnico defendieron sus condiciones, maravillados por su entrega y acierto en los entrenamientos, seducidos por su cercanía en la caseta. “Cuando meta uno, será un no parar”, aseguró en su momento el capitán Xavi Hernández.

Y el octavo encuentro en blanco, que hubiera igualado su peor racha en el Ajax, nunca llegó: el oriundo de Salto se estrenó finalmente en liga por la 16ta fecha, el 20 de diciembre con una diana contra el Córdoba; precisamente el mismo rival al que ajustició con su primer “hat-trick” en España, justo una vuelta más tarde. Lo hizo, además, honrando la definición del término balompédico: el primer tanto con la pierna derecha, el segundo de cabeza y el tercero con la izquierda. Como queriendo aclarar que, pese a los elogios merecidos lejos del área, sigue siendo un depredador de raza, capaz de desplegar todo su repertorio rematador en la posición de “nueve”.

“Estuve tiempo sin jugar y me costó un poco. Nunca me creo el mejor cuando marco ni el peor cuando cometo un error, como en el Mundial”, explicó Suárez poco antes de celebrar el pase a semifinales de la Champions, donde el miércoles el Barsa recibe en el cotejo de ida al Bayern Munich. “Soy muy autocrítico y llegué a pensar que había momentos en que no estaba ayudando al equipo, pero siempre confié en mí, y me trataron como a uno más”.

El técnico Luis Enrique, quien originalmente le ubicó en la banda derecha flanqueando a Messi, ni confirmó ni desmintió unas declaraciones previas del goleador, cuando reveló que la iniciativa de posicionarse como ariete partió del argentino. “Un día Messi me dijo ‘quedáte por ahí, de nueve’. Después el entrenador empezó a probarlo”, contó Suárez, quien calificó de “desahogo” la posibilidad de jugar junto al astro rosarino.

Diecisiete goles en sus últimos 16 partidos oficiales (un triplete y cinco dobletes incluidos) y 24 en el total de competiciones, más 17 asistencias, acreditan su adaptación a un rol donde otros grandes delanteros sufrieron hasta optar por buscar el sol lejos de la alargada sombra de Messi. El talentoso Zlatan Ibrahimovic apenas duró una temporada antes de regresar al fútbol italiano, David Villa y el chileno Alexis Sánchez asumieron galones de escudero sin llegar a merecer la plena aprobación del “diez” y Samuel Eto’o fue el gran sacrificado por Pep Guardiola, cuando el técnico entendió que no podía haber mayor gallo que Messi en el corral.

Acostumbrado a ser referente en el Liverpool, donde venía de conquistar la Bota de Oro como máximo artillero de las ligas europeas, Suárez parece haber comprendido mejor que nadie las particulares necesidades del astro argentino y ha sabido acercarse, tanto en la cancha como fuera, al cuatro veces ganador del Balón de Oro, llegando incluso a cambiar de casa en Castelldefels, donde ambos residen.

El internacional celeste, hoy integrante del tridente que, con Neymar, acumula 108 dianas en la temporada, nunca gozó de semejante compañía en posiciones ofensivas con los “reds” de Liverpool, donde apenas sintonizaba con el excesivamente individualista Daniel Sturridge, y siempre que miraba al costado percibía un futbolista inferior: Andy Carroll, Craig Bellamy, Iago Aspas.

Luis Enrique, que llegó a calificar el Barsa como “la Disneylandia del fútbol”, se sabe dichoso de contar con “los tres pepinos”, como les calificó en su día el central Gerard Piqué. Pese a su prolongada sequía inicial, el timonel se deshizo en elogios a Suárez desde el primer instante, valorando su inteligencia táctica, esfuerzo en la presión y desmarques que eventualmente se tradujeron en goles decisivos.

Mascherano y Xavi le han comparado en esa faceta a Eto’o, aún idolatrado por la hinchada pese a su polémica salida y frecuentes arranques de ira. Pero Suárez, sobre aviso tras el incidente con Chiellini, se puso en manos de los psicólogos nada más llegar, y las sesiones parecen haber dado fruto: ni siquiera ha cumplido el ciclo de cinco tarjetas amarillas que acarrea sanción en liga, ha esquivado el más mínimo incidente, y se ha mostrado especialmente concentrando y perceptivo sobre la cancha, como releja su particular química con Messi.

“Puedo hablar de su comportamiento y actitud. El reconoció que se había equivocado, ¿pero quién no se equivoca en un terreno de juego?”, preguntó el viernes Luis Enrique. “Ser consciente de cada situación en su caso, de lo que significa para él un partido de fútbol, sentirlo y vivirlo como lo vive. sabe que tiene que tener autocontrol, y lo está haciendo perfectamente. Estamos muy contentos con su rendimiento futbolístico y también fuera del terreno de juego. Y le invitamos a que siga comportándose así porque es más gratificante para todos, incluido él”.

Suárez, que cuenta como referente al argentino Gabriel Batistuta e ídolo a su compatriota Enzo Francescoli, se coló de joven en el estadio Camp Nou de la mano de su hoy esposa, entonces ambos justos de dinero para pagar el boleto de la visita oficial, y siente hoy el aliento de la grada, la aprobación de Messi y la satisfacción de tener el objetivo al alcance de la mano: una temporada de ensueño tras cuatro meses de pesadilla. Y tres títulos en juego, jugando de “nueve” y con nota de diez.

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