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La paciencia de Oribe Peralta

(Martin Meissner / AP)
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El pasado lunes tuve el privilegio de haber sido invitado al hotel de concentración de la Selección Nacional por su departamento de prensa, ahí saludé a Diego Reyes, Héctor Herrera, Guillermo Ochoa, entre otros. Pero lo que más recuerdo es haber visto a Oribe Peralta regresar del supermercado de la acera de enfrente con el semblante serio, como pensativo. Fue ahí donde me di cuenta de la paciencia de Oribe.

Me le acerqué y platiqué con él, comentándole que conocía a su familia gracias a que su hermano Obed jugó en Xolos de Tijuana, donde yo fui coordinador de medios durante tres años. Tras haber recordado el paso de su “carnal” por la oncena rojinegra, Obed sonrió y se despidió, a lo que le alcancé a decir “mucho éxito señorón”.

Y vaya que el éxito llegó. Ante Portugal Peralta apenas jugó poco más de 16 minutos, nada suficientes para mostrar porque es uno de los delanteros más peligrosos del Tricolor en los últimos años. Curiosamente antes de ingresar la gente coreaba su nombre para que él y sus anotaciones pusieran en paz a Cristiano Ronaldo y compañía.

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Pero la anotación no llegó y tuvo que conformarse con haberse ganado una oportunidad en el once titular este miércoles por la noche. Por fin Juan Carlos Osorio escuchó las plegarias de los aficionados mexicanos y Peralta tendría la oportunidad de mostrar de qué estaba hecho.

Ante Nueva Zelanda la tarea se complicó y una férrea barrera defensiva casi impenetrable le impidió acercarse a la portería de Stefan Marinovic. Pero Peralta nunca bajó los brazos y esto se vio reflejado en el segundo gol de México que terminaría dándole la victoria al Tricolor y una gran oportunidad del sábado amarrar el pase a la siguiente ronda.

Oribe fue paciente y su paciencia fue recompensada. De un semblante serio pasó a estar tranquilo y hoy que lo vimos en el hotel de concentración ya volvió a sonreír. La afición quiere seguirlo viendo festejar y para eso tendrá un gran obstáculo de frente llamado Rusia. Si el “Cepillo” quiere seguir marcando, tendrá que aprender a ser paciente.

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