Anuncio

Acaba México con la fiesta en Rusia

(FRANCK FIFE / AFP/Getty Images)
Share

México le arruinó la fiesta a la Selección de Rusia y a cerca de 40 mil aficionados en la Arena Kazán, testigos del pase del Tricolor a la Semifinal de la Copa Confederaciones.

Más visitante que nunca, el Tri exhibió el temperamento y la jerarquía para remontar, con goles de Néstor Araujo e Hirving Lozano, el 2-1 que lo tiene a la espera de una probable revancha con Chile.
La Selección Mexicana sabe sufrir y ganar.

Ayer amarró el subliderato de grupo al reponerse a los pasajes oscuros. Juan Carlos Osorio guardó sus rotaciones y jugó con su mejor 11, el tocado Héctor Moreno incluido, pero enfrentar al anfitrión nunca es fácil y para muestra las 2 acciones que estuvieron al límite del penal, una de ellas analizada por el VAR, o el disparo de Fedor Smolov al poste y el posterior gol de Alexander Samedov al 25’.

Fiel a la costumbre en la Confederaciones, México estuvo contra las cuerdas y tuvo una muy rápida reacción ya que 5 minutos después Néstor Araujo le ganó la espalda a Alexander Erokhin y colocó el balón a segundo poste, un remate tan complicado que el propio zaguero confesó que supo del gol hasta el abrazo de sus compañeros.

Anuncio

Si algo caracteriza a este Tricolor es anotar incluso cuando menos claridad tiene, cuando hay desorden como el que provocó que Andrés Guardado se pierda la Semifinal por acumulación de amarillas. La defensiva no tuvo filtros. Los rusos se enfrentaron a Ochoa con relativa facilidad. Erokhin voló el balón y en el complemento, cuando Rusia se había quedado con 10 por la roja a Yury Zhirkov, Igor Smolnikov mandó el balón a la tribuna pese a rematar en el área chica.

El “Chucky” aprovechó la falta de convicción de Viktor Vasin y el portero Igor Akinfeev; este último casi le rebana la yugular al mexicano y ni así pudo evitar la anotación.

Obligado a ganar, el anfitrión se extravió. Los de Osorio hasta celebraron el tercer tanto, antes de que el VAR enfriara el festejo de Moreno por fuera de lugar.

La afición, que no llenó la Arena Kazán y no ha sido muy entusiasta en esta Confederaciones, abandonó el estadio con anticipación, rendida, al igual que su equipo que vio como el Tricolor alzó la mano para medirse el jueves al campeón mundial Alemania o, con mayor probabilidad, al campeón de América, Chile.

Anuncio