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Columnista: México tiene ocho años para prepararse para ser protagonista y no un simple animador de Mundiales

(ETIENNE LAURENT / EFE)
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Todo el que conoce o ha seguido a México en los Mundiales sabe las limitaciones que tiene el Tricolor cuando se trata de enfrentar a los equipos de “grandes ligas”.

Sus mismos aficionados saben exactamente hasta dónde le alcanza el gas usualmente al Tricolor: el cuarto partido. Inclusive, sus mismos aficionados que viajan a los mundiales, solamente planean para los partidos de la primera ronda y pocos se quedan para apoyarlo cuando se trata del cuarto partido.

No se le puede culpar a nadie, pues México ha decepcionado en el cuarto juego desde el Mundial de 1994 al fracasar una y otra vez para llegar al quinto partido, inclusive cuando era favorito: en Estados Unidos 1994 ante Bulgaria, y en Corea Japón 2002 cuando enfrentó a Estados Unidos.

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Todo el que sabe de futbol, también debe de reconocer que México tiene una de las mejores aficiones en el mundo que lo acompaña en los rincones más escondidos de la tierra. Es indescriptible el amor de la afición azteca por el Tricolor en todas partes que vaya y que muchas veces no le corresponde la misma selección con resultados.

Pero con la noticia de la llegada del Mundial 2026 a México, Estados Unidos y Canadá, el seleccionado azteca jugará en casa, no importa donde dispute el partido. Y eso debe ser motivo para comenzar a trabajar en un buen plan.

Es así como México aseguró por tercera ocasión un Mundial en su tierra, y esta es una oportunidad para que sus directivos planeen en ser candidatos al título y no unos simples protagonistas que le ponen color al Mundial.

Seguramente, el Tricolor jugará los partidos de la fase de grupos en casa, pero cuando le toque jugar en Estados Unidos y en Canadá en las fases claves, la afición probablemente sea más apasionada al apoyarlo.

En 1986, México no solamente aceptó hacer el Mundial cuando Colombia no pudo realizarlo, pero en lo deportivo, tampoco estaba listo para ganar el título: solamente tenía a Hugo Sánchez jugando en el extranjero y al momento de encarar el partido decisivo ante Alemania, se vio la diferencia de calidad.

32 años después, con 11 jugadores en el Mundial jugando en Europa, México sigue sin ser una potencia en futbol y todos sabemos hasta dónde puede llegar en Rusia 2018. Su destino está marcado o en la fase de grupos o en el cuarto partido ante probablemente Brasil. El Tricolor, a pesar de que ha tenido resultados claves ante equipos grandes como Francia, Brasil e Italia en la fase de grupos, aún no ha podido tener la calidad para eliminar a equipos como Holanda y Alemania cuando los tenía en el suelo en una fase de eliminación directa.

Con jugadores que ahora juegan en el extranjero, México tiene ocho años para seguir produciendo elementos de mayor calidad que los actuales y que jueguen, de forma más consistente, en equipos de primer nivel en Europa. Hay una diferencia entre jugar en el Porto y ser titular en el Bayern Munich.

Si en ocho años México tiene jugadores del nivel que ahora tienen equipos como Colombia o Bélgica, la localía que seguramente tendrá ya sea en México, Estados Unidos o Canadá, será importante para soñar con no solamente el quinto partido, sino semifinales y ¿por qué no? a una final.

México ya cuenta con la afición, y con los campeonatos Sub-17 y Juegos Olímpicos, es obvio que tiene el talento. Pero ahora ya existe una fecha límite para comprobar que México puede estar listo para ser candidato al título y el tiempo será el verano de 2026.

¿Estará México listo para pensar en ser protagonista?

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