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Empresario que fue secuestrado en México encontró en Rusia su hogar y el éxito

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Gustavo Uranga Mendívil, un poeta gótico y empresario, llegó a Rusia por primera vez cuando su trabajo fue publicado primero en España y luego en Moscú hace más de 10 años. En ese entonces, el originario de Durango estudiaba ingeniería civil, fue invitado a Moscú y quedó impresionado con la sociedad rusa.

“Vengo a la publicación, me encantan la manera en la que me tratan, me enamoro de Rusia, el contexto en general, tanto cultural, como social. Dije: ‘me quedo en Rusia’”, señaló Uranga Mendívil. “La hospitalidad rusa me enamoró, más que otra cosa. Como es posible que nos tengan tanto respeto a los mexicanos, tanto interés por la cultura mexicana, que conocieran a los mayas, la filosofía y las matemáticas de nuestros ancestros. Me sorprendió”, expresó Uranga Mundial, quien llegó a Moscú en un invierno pero sintió la calidez de los rusos.

Entonces, Uranga Mendívil decidió terminar su carrera de ingeniero civil y regresar a tierras rusas. Pero al llegar a este país, el mexicano se dio cuenta que no iba a poder vivir como poeta en Rusia y que tampoco le iban a dar trabajo de ingeniero civil.

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“El gobierno ruso tiene muy restringido la entrada a los extranjeros”, advirtió el duranguense. “Esto es muy importante decirlo porque muchas personas quieren quedarse en Rusia después del Mundial. Es un país muy difícil. Nadie te da trabajo como extranjero en Rusia”.

Al ver su frustración para encontrar trabajo, una amiga le recomendó crear una empresa en Rusia, para que pudiera darse trabajo así mismo y conseguir una visa de trabajo.

Fue así como comenzó una empresa de diseño en Moscú, en donde le comenzaron a llegar clientes. De ahí, el empresario duranguense decidió crear una empresa logística internacional donde ha tenido clientes importantes como la selección mexicana de futbol, TV Azteca, W Radio, entre otros.

También, Uranga Mendívil trabaja en la importación de productos mexicanos, como purés y guacamole mexicano, a Rusia.

“Lo más importante en Rusia es tener contactos, que te ayuden con la importación, los documentos, con el tema aduanal”, dijo Uranga Mendívil, quien trabajó por dos años creando los contactos y las relaciones comerciales.

“Fue pasar hambres, llorar, y con toda la oportunidad abierta de regresar a México, donde vivo en el centro de la ciudad, donde puedo llegar a mi casa, donde hay gorditas, taquitos, pero se trataba de aferrarme aquí”, relató el empresario.

El mexicano eventualmente se asoció con un empresario ruso, a quien considera su mentor. Hoy en día trabaja con Bio Produce, una compañía michoacana.

Secuestrado en México

Uranga Mendívil es uno de los aproximadamente 90 mexicanos en Rusia y por lo pronto, el duranguense no piensa regresar a vivir en México.

“Hace dos años, fui a firmar un contrato a México y me secuestraron. Me levantan policías municipales del estado de Durango que trabajaban para un presidente municipal”, recordó su mala experiencia. “En ese punto, te rompes como individuo, te preguntas: ‘¿qué estoy haciendo ahí? Vivo en Rusia, donde a las 3 a.m. o 4 a.m. salgo a pasear, llego borracho, con la cartera llena, a veces salgo sin dinero y regreso con dinero’”.

“En Durango o en México, tu seguridad es muy vulnerable. No creo regresar a México en mucho tiempo como ciudadano pero sí como visitante, porque amo a mi país”, añadió.

Uranga Mendívil dijo haber visto ejecuciones durante el período de Felipe Calderón pero dijo tener esperanzas de cambio ahora con el nuevo gobierno en México.

Por lo pronto, visualiza su futuro en Rusia, junto a su novia mexicana, quien ya vive con él en Moscú.

“Aquí he aprendido muchísimo sobre mi persona, como mi individuo”, indicó.

“No solo porque hayas nacido en Los Ángeles, Chihuahua, Durango, Zacatecas o Yucatán te tienes que quedar ahí. Busca el contexto donde tu genialidad progrese”, señaló. “Hay veces que gente con una genialidad impresionante, se queda en su lugar, en su espacio, se queda deprimido, porque pensaron que no eran capaces, porque pensaron que no podían llegar. Eso es importante, saber lo que quieres. Si no es el lugar donde no estás, lánzate del otro lado del mundo China, Japón, África, ahí vas a encontrar el lugar donde ser feliz, para progresar”.

Rusia en el Mundial

Uranga Mendívil dijo que Rusia durante la Copa del Mundo era “una máscara” del país, pues hay servicios que aún fallan mucho, como baches en las carreteras, semáforos que no sirven, y que ahora esos defectos han desaparecido por el Mundial.

“Acabándose este rollo se acaba, se cae la pintura”, dijo con una gran sonrisa.

Uranga Mendívil dijo que no le sorprendió el gran recibimiento ruso a los mexicanos, y en especial a los que cargaban sombrero, debido a que los rusos tienen una imagen romántica del charro mexicano.

“El ruso creció con las películas de antaño había una relación hermosa en los sesentas y setentas entre México y Rusia. Tan así que [León]Trotsky llegó a México a vivir, fue amante de Frida Kahlo. Tenían un conocimiento total de la cultura mexicana, pero de esa cultura mexicana de charro, de mariachi”, indicó.

“Si tú le preguntas a cualquier ruso cuál es una artista mexicana que tú conoces, te van a hablar de Veronica Castro, que la aman. Ellos crecieron viendo Simplemente María, Roja Salvaje, Nosotros los Pobres. No sé si lo has preguntado pero cualquier ruso te habla de eso”, agregó.

El duranguense explicó que en Rusia al mexicano no lo ven como narcotraficante, como lo hacen ver en el mercado de Estados Unidos.

“No se ha logrado contaminar a la sociedad rusa de eso. Seguimos siento un país próspero, una cultura fuerte”, señaló.

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