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El deportista no está preparado para la vida real  

(MARIA CALLS / AFP/Getty Images)
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Tras la noticia de que el futbolista del Puebla de La Franja, Christian “Hobbit” Bermúdez, está en prisión por no haber pagado casi cinco millones de pesos en pensión alimenticia para sus dos hijos durante los últimos seis años, me recordó una plática que tuve hace poco con unos amigos donde todos concordamos que el deportista no está preparado para la vida real.

No lo tomen a mal, nunca se puede generalizar en la vida, pero sí algo he aprendido en los años que llevo siguiendo el deporte de cerca, es que muchas veces los atletas no están listos para tanta fama y fortuna en tan poco tiempo; al no contar con asesores o alguien que los mantenga con los pies en la tierra terminan derrochando lo poco o mucho que hayan cosechado en el tiempo que dure sus carreras.

Ejemplos hay muchos: ahí está Salvador Cabañas, ídolo en el América, que ahora se dedica a vender pan en su natal Paraguay porque nunca fue capaz de guardar algo de los millones de pesos que ahorraba. En otros niveles, yo he sido testigo como ex jugadores de Primera División retirados o sin equipo, pasan la vergüenza de tener que pedirme dinero prestado porque nunca tomaron en cuenta que sus carreras profesionales no son para siempre.

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La mayoría de los atletas buscan prepararse para el siguiente cotejo, entrenan los penales por si se llega a esa instancia, otros buscan hacer que su “swing” con el bat sea muy potente y los lleve a volarse la barda, mientras que algunos se la pasan horas y horas en la duela intentando que su tiro de tres puntos siempre de en el blanco. Pero muy pocos deportistas se meten a la universidad para tener un título profesional que los respalde cuando se retiren o su carrera se trunque por algún accidente; muchos ni siquiera son capaces de ahorrar o poner un pequeño negocio que les sea rentable para el futuro.

En lo deportivo, hay grandes ejemplos de aprendizaje: el mediocampista inglés James Milner está estudiando para cambiar de posición dentro del campo y ahora buscará ser lateral por izquierda, intentando tener mayores oportunidades dentro de la cancha. ¿Pero cuántos deportistas se ponen a estudiar o se asesoran para tener un futuro positivo? Muy pocos.

Es lamentable lo que le pasa a “Hobbit” Bermúdez, pero para tener un horizonte alentador hay que estudiar y aliarse con personas claves, de lo contrario todo continuará mal y el deportista seguirá sin estar preparado para la vida real.

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