Acusan a los Pumas de poner himno “fascista”

Al entrenador del Cruz Azul, Tomás Boy, no le gusta que los Pumas interpreten el himno deportivo universitario de la UNAM previo a sus partidos de local, y hasta lo calificó de “fascista”.

Boy analizaba lo ocurrido el domingo en el 2-2 entre universitarios y celestes, cuando manifestó su desagrado por este rito.

“Satisfecho nunca estoy, la verdad estoy enojado porque siento que el partido lo debimos haber ganado, fuimos mejores todo el partido, mejores en la posesión, mejores en todo, pero ellos hicieron su parte, no jugamos solos”, explicó Boy.

“Lo que sí creo que está incorrecto, es que el equipo tenga que esperar 10 minutos para que ellos hagan un himno que, desde mi punto de vista, es fascista”, dijo.

La directiva de La Máquina se deslindó de su estratega.

Eduardo de la Torre, director deportivo del Cruz Azul, aseguró que sólo es responsabilidad de Tomás Boy su crítica sobre la interpretación del himno de la UNAM.

Según el Diccionario de la Real Academia Española, fascista deriva del fascismo, que se refiere a un “movimiento político y social de carácter totalitario que se desarrolló en Italia en la primera mitad del Siglo 20, y que se caracterizaba por el corporativismo y la exaltación nacionalista”.

Boy no quiso abundar en el tema, pero no es el primero en quejarse por esta ceremonia que ha sido la manzana de la discordia a lo largo de la historia.

Por ejemplo, en la Jornada 10 del Clausura 2005, el Clásico entre América y Pumas que se jugó en el Olímpico Universitario, inició con nueve minutos de retraso, por la negativa de las Águilas de escuchar el himno deportivo universitario.

Incluso, Hugo Sánchez, entonces timonel auriazul, esperó a que los americanistas estuvieran en la cancha, para ordenar a sus dirigidos se formaran para cantar el himno.

Luego, durante la Concachampions del 2010, Alberto Quintano, quien fungía como director deportivo de La Máquina, se quejó de que nadie le avisó que se escucharía este himno minutos antes de la ida de la Semifinal.

Tras esto, la Concacaf prohibió que sonara otra vez este himno, pese a que anteriormente había cedido que las bocinas del estadio lo tocaran, sin que los futbolistas formados lo interpretaran, como es costumbre.

Además, no siempre ha sido una ceremonia 100 por ciento organizada, pues a veces los jugadores han tenido que correr a formarse porque la música ya suena, o como en el 2009, en la ida de la Final, un apagón desfasó el himno con los cánticos de los asistentes.

Boy se ha subido a un barco de discusión de una práctica de los auriazules que ya ha generado molestias y quejas en el pasado.