Opinión: Chávez Jr. fue un mal sparring para Canelo antes de enfrentar a Golovkin

La afición en el T-Mobile Arena de Las Vegas estaba enojada, frustrada, molesta, decepcionada. Algunos abucheaban a Julio César Chávez Jr. por no haber presentado una contienda digna, mientras que otros estaban enojados con Canelo por no terminar con su rival.

Aunque muchos sabían que Chávez Jr. era un rival inferior a Canelo, son pocos los que se imaginaron que el ‘Hijo de la Leyenda’ no iba a ganar un solo round y que el jalisciense jugó prácticamente con su oponente.

Pero justo cuando nos íbamos a llevar otro mal sabor de boca en una noche que prometía mucho más, vino la sorpresa. La pelea que el mundo boxístico estaba esperando, Gennady Golovkin ante Canelo, se daría el sábado, 16 de septiembre.

Aunque fue cuestionable la forma en la que se anunció el evento, tipo WWE, el anuncio dejó más preguntas que respuestas. ¿En dónde sería? ¿En qué peso? ¿Ya sabían que Chávez Jr iba a ser tan “papita” que decidieron montar la producción del anuncio con HBO?

Ninguna de esas preguntas fue respondida satisfactoriamente en la conferencia de prensa. El promotor Óscar de la Hoya dijo que eran detalles que se determinarían después, pero ¿cómo podrían anunciar la pelea sin aún llegar de acuerdo en el peso? El peso siempre ha sido un factor por la cual los promotores no habían concretado la pelea.

Lo positivo de la noche fue que Canelo demostró que es un hombre de palabra y finalmente le daría el duelo que todo mundo quiere ver en el pugilismo y que lo catapultaría al nivel de “mejor libra por libra” del boxeo actual.

“El Canelo al vencer a Chávez, ganó la aceptación del pueblo mexicano”, dijo Erik Morales. Pero el enfrentamiento del 16 de septiembre le podría ganar la aprobación del mundo boxístico en general, el mismo que lo desaprobó cuando perdió con Floyd Mayweather Jr. Su carrera se elevará a nivel de leyenda si logra vencer a Golovkin, un hombre que ha aniquilado a 37 oponentes, 33 de ellos por nocaut.

“Yo no soy Chávez Jr. Buena suerte el 16 de septiembre”, advirtió Golovkin con su limitado inglés sobre el ring.

Eso es lo más obvio. Golovkin no se parece nada a Chávez Jr. De hecho, Chávez Jr. fue un sparring muy malo para Canelo, de cara al compromiso más grande de su carrera.

Golovkin es conocido por su disciplina, físico impresionante, consistencia en actividad y una buena esquina en Abel Sánchez, el entrenador tijuanense que le enseñó el estilo de “boxear mexicano”.

Se podría argumentar que Golovkin no ha enfrentado a nombres impresionantes, y el último, Daniel Jacobs, lo hizo ver tan mal que muchos vieron perder al de Kazakstán.

Sin embargo, parece muy difícil creer que el enfrentamiento ante Chávez Jr. le dejó algo de enseñanza a Canelo, sobre todo porque el sinaloense no lanzó golpes, tal como lo hizo ante Sergio Martínez y Andrzej Fonfara. Los 15 jabs conectados en 12 rounds por Chávez Jr. son un insulto cuando uno los compara con lo que podría enfrentar el 16 de septiembre.

Se cree que Chávez Jr. comenzó a entrenar para el duelo ante Canelo cuando estaba arriba de las 200 libras y al bajar a 164 libras, un hecho sorprendente, pagó el precio con su falta de potencia en los puños.

Chávez conectó solamente 78 golpes en los 12 asaltos, otro número ofensivo si se compara a los 231 que conectó Golovkin ante Jacobs.

Para preparase para Canelo, Golovkin tendrá que hacer cosas diferentes a las que tuvo que hacer para enfrentar a Jacobs, el primer rival que no noqueó desde 2008. Ante Jacobs, Sánchez le llevó sparrings más pesados, lo que según él, desgastaron a su peleador. Para este enfrentamiento, los sparrings serán más chicos.

El momento es de Canelo pero ‘GGG’, a sus 35 años, aún tiene mucho gas. Finalmente podremos ver a dos peleadores que se enfrentarán en su mejor momento, a diferencia de aquel Manny Pacquiao ante Mayweather que llegó cinco años tarde.

Canelo tendrá la ventaja de ser local si la pelea es en T-Mobile Arena o el estadio de los Cowboys, las dos sedes más probables.

Al final del duelo, un periodista dijo: “si pudiera alquilar mi hotel desde ahora, lo haría”.

Lo mismo estába pensando el resto.