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Adolescentes del Sur Centro de L.A. se benefician de programa de boxeo del alguacil

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La Estación 9 de Bomberos del Condado de Los Ángeles dejó de funcionar hace años como tal y ahora se encuentra bajo cargo del departamento del alguacil. En el lugar donde ocupaban los camiones dentro de la Estación ahora se aprecian dos cuadriláteros que funcionan cada día, de 3 p.m. a 8 p.m., como parte de una rehabilitación para chicos en riesgo en un área dominada por drogas, violencia y pandillas.

“Aquí entrenamos a chicos de siete hasta los 17 años y medio de todos los niveles”, dijo Carlos De La Torre, uno de los policías a cargo del programa de boxeo que al mismo tiempo trata de mostrar una imagen positiva de la policía hacia la comunidad.

Hace unas semanas, surgió un video en el que un policía de Anaheim tacleó y aprehendió a un adolescente por supuestamente haber traspasado su propiedad. El policía, que en ese momento no estaba en servicio, fue abordado por varios de los compañeros del joven y este lanzó un disparo para ahuyentarlos.

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Como este caso ha habido muchos en los que la imagen del policía es calificada como abusiva y hasta peligrosa. Sin embargo, De La Torre dice que cuando familias llegan a la Estación y se enteran que este programa es hecho por el departamento del alguacil, muchos se sorprenden.

“Hay chicos que cuando saben que soy policía, o José Marín, también a cargo de este programa, que somos buenas personas, no lo creen y piensan ‘un momento, esto no puede ser’”, dijo a HOY Deportes. “Nuestro mensaje es que no todos somos así, realmente no. Estamos metidos en esta comunidad; cuando tenemos picnics con las familias, cenas de Navidad… no somos un gimnasio en donde dejan a sus hijos, somos parte de la comunidad”.

El angelino, cuyos padres son mexicanos, dijo que junto a los voluntarios de este programa del alguacil, Youth Activity League (YAL), ofrecen consejería, entrenamientos boxísticos para mantener a los chicos alejados de las pandillas.

Según De La Torre, quien tiene experiencia en el boxeo, varios chicos se han beneficiado de gran forma de este programa. “Uno de nuestros muchachos firmó con Golden Boy Promotions, Edgar Valerio. Él empezó aquí cuando tenía alrededor de 12 o 13 años”.

Para que un adolescente pueda participar en este programa, que actualmente cuenta con 180 inscritos, el cobro de la registración anual es de $20. El departamento del alguacil corre con los gastos del recinto, alimentos, pero en cuestión de guantes, bolsas de arena y demás, lo consiguen por medio de donaciones, patrocinadores, venta de comida o cualquiera otra forma que genere algún ingreso.

“Algunas veces los chicos han usado guantes que tienen ocho o nueve años con nosotros”, contó De La Torre.

No ha sido fácil

Abraham Cruz creció en el Sur Centro de L.A. y tan solo tenía 13 años cuando empezó en el programa. Aunque no formó parte de pandillas, se mantenía muy cerca de ellos, lo que le causó problemas con la ley en varias ocasiones.

“Tenía malas influencias en la calle y sentí que esto pudiera ser una buena distracción para mí”, dijo Cruz, quien tiene ahora 20 años y que aspira a ser boxeador profesional. “Mi mamá siempre estaba preocupada por mí y ahora ve cómo he cambiado, le agradece a De La Torre y Marín por la manera cómo me han influenciado. Trabajo, estudio, entreno”.

Cruz tenía un concepto muy negativo de la policía en general y según él ha cambiado. Él trata de no escuchar de lo que se ve en televisión pero siente que algunos policías “se pasan de su límite”. Aseguró que cuando estaba alrededor de pandilleros veía las cosas diferentes y vivía con rabia cada vez que se le detenía en las calles porque sentía que eran detenidos basados en estereotipos. “Cuando te presionaban era porque trataban de hacer su trabajo. Hay situaciones difíciles que ellos tienen que lidiar. Trato de ver lo bueno en ellos, en algunas veces los medios de comunicación no tienen la historia completa y los hacen ver mal”.

El ejercicio es la salida

Como madre de cinco hijos, Blanca Chavez trata de tomar las mejores decisiones para su familia. La hondureña, cuyo esposo es mexicano, siente que el ejercicio ha sido la ayuda que ella necesitaba para mantener a sus hijos lejos de la violencia y drogas.

“Mi hijo de 15 años quería andar en eso de las pandillas pero lo traje aquí y no quise que eso ocurriera. Ahora está mejor”, dijo Chavez, quien se convirtió en voluntaria en la Estación 9 hace siete años. “De esta manera puedo estar cerca de mis hijos y ayudar acá. Hago de todo lo que se necesita, soy mil usos, además estoy estudiando inglés”.

Blanca ha visto que, al igual que ella, padres de familias han llegado buscando ayuda para corregir el camino de sus hijos y los orienta. Según Chavez, ellos cuentan con servicios de chequeo de drogas en los adolescentes dos veces al año, en el que los padres piden saber si sus hijos están usando algún tipo de estimulantes ilegales.

“Han llegado padres llorando buscando ayuda porque han encontrado a sus hijos fumando marihuana y ya les decimos de qué trata este lugar y les gusta”, contó Chavez. “Los niños vienen rebeldes y no se quieren quedar al principio pero después con el tiempo ellos solitos vienen porque les ayudamos con consejos o cómo podamos”.

Con cariño a los golpes

Desde la primera vez que Domingo Celis Valenzuela llevó a su hija hace 11 años a la Estación 9, su deseo de ayudar como entrenador era su objetivo. ‘Coach Celis’ cuenta con su licencia para entrenar y ha visto cómo algunos de los que fueron entrenados en la Estación 9 se beneficiaron.

“Mi esposa no estaba acostumbrada al principio, ella tenía cáncer y no venía tan seguido, pero ahora le encanta, especialmente cuando vamos en la calle y de pronto te encuentras con chicos que estuvieron con nosotros que me dicen ‘Coach Celis, mire ya me casé, estoy trabajando’. Es una satisfacción grande”, contó Celis.

Con respecto a la imagen negativa que muchos tienen de la policía, Celis aconseja que haya “una cercanía a la policía con la comunidad. Al principio también le tenía miedo a ellos, pero te das cuenta que son gente como tú y yo. Te sientes un poco más seguro, pero porque los conocemos más”.

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