Anuncio

El ‘Toro’, Hugo y JC Chávez, 30 años después

Share

Aproximadamente hace 30 años México vivía la euforia de tres deportistas que destacaban en el extranjero.

Hugo Sánchez, después de jugar con los Pumas de la UNAM un par de años fue contratado por el Atlético de Madrid. A pesar de tener éxito con los colchoneros, sus años de gloria los jugó con el Real Madrid. Con los merengues hizo una pareja muy efectiva con Emilio Butragueño y ganó cinco Pichichis en España.

Como director técnico llevó a los Pumas a ser bicampeones en México, un éxito que lo ayudó, infladamente quizá, a ser director técnico de la Selección Mexicana. Su administración fue mala, y estuvo llena de controversias que hasta hoy persiguen al ‘Penta’.

Anuncio

Otro atleta que destacaba en ese entonces era Julio César Chávez. JC fue para muchos el mejor boxeador libra por libra de los 80’s y parte de los 90’s. Con una técnica fina y un gancho zurdo letal, le desfiguró el rostro a docenas de oponentes. En la cumbre de su carrera llenó cual lugar que se presentaba, y en alguna ocasión llenó el mismísimo Estadio Azteca.

JC sigue siendo una de los mejores peleadores de la historia en México, pero al final de su carrera peleó contra ‘costales’ de segundo nivel, con tal de llegar a la marca de 100 victorias. Además, su vida personal estuvo manchada de constantes problemas familiares, con las autoridades, y hasta con las drogas.

El otro mexicano que destacaba a nivel mundial era lanzador Fernando Valenzuela. Este zurdo llegó a las Ligas Mayores en 1981 y ganó sus primeras ocho decisiones.

El ‘Toro’ tenía una excelente recta y curva, pero lo que lo hizo famoso fue su cambio de velocidad que dejaba viendo visiones a muchos bateadores, algunos de ellos están hoy en el Salón de la Fama. El manager de los Dodgers confiaba tanto en Valenzuela que lo usaba sin escatimar más de 200 innings al año, y en retrospectiva quizá fue demasiado. Para 1990 su brazo ya había perdido efectividad y dejó de ser el abridor estelar de los 80’s.

Pero el ‘Toro’ dejó una huella en el béisbol, y sobre todo en Los Ángeles. La ‘Fernandomanía’ se convirtió en un fenómeno social en el sur de California en donde todos querían parecerse al ‘Toro’. Fernando simbolizaba un mexicano que sin recursos ni contactos, llegó a ser el mejor lanzador de su época. Los Ángeles es una ciudad con tantos mexicanos, que de hecho solo el Distrito Federal tiene más mexicanos, y Fernando cautivo el corazón de todos.

A diferencia de Hugo y Julio César, Fernando ha llevado una vida modesta y se ha sabido mantener fuera de los rumores, y de toda la presión que la fama y fortuna pueden traer consigo. Tiene una esposa, cuatro hijos, y un trabajo estable.

El pasado mes de julio, merecidamente recibió la nacionalidad estadounidense. El Juramento de lealtad (Pledge of Alliance) también lo hizo de manera modesta y humilde, y fue un merecido reconocimiento a un ciudadano que lleva una vida honesta.

Anuncio