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El Clásico Mundial sigue teniendo un valor muy diferente entre los peloteros de Grandes Ligas

Jugadores de la selección de Puerto Rico celebran la victoria del equipo tras la primera semifinal del Clásico Mundial de Béisbol entre Puerto Rico y Holanda celebrado en Los Ángeles

Jugadores de la selección de Puerto Rico celebran la victoria del equipo tras la primera semifinal del Clásico Mundial de Béisbol entre Puerto Rico y Holanda celebrado en Los Ángeles

(MIKE NELSON / EFE)
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A principios de marzo, en una entrevista con el New York Times, el as de los Mets de Nueva York y una de las nuevas estrellas de Grandes Ligas, Noah Syndergaard, respondió de manera tajante y categórica cuando le preguntaron la razón por la cual no fue parte de la selección estadounidense para la cuarta edición del Clásico Mundial de Béisbol.

“Nadie va a llegar al Salón de la Fama o va a ganar la Serie Mundial jugando en el Clásico Mundial”, dijo Syndergaard.

Desde su incepción en 2006, el torneo, que es montado por Grandes Ligas con el propósito de promover el juego a nivel global, ha batallado para convencer a todos los grandes nombres de la “pelota caliente” en participar, pues el evento ocurre durante los entrenamientos de primavera y ellos prefieren concentrase en su club y no arriesgarse físicamente.

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Para esta reciente edición, los organizadores alteraron las reglas y les permitieron a los equipos agregar a lanzadores en las últimas dos rondas de la competencia, con la esperanza de atraer a los brazos de elite por lo menos para un partido. Pero no funcionó; serpentineros de Estados Unidos como Clayton Kershaw, de los Dodgers, y Madison Bumgarner, de San Francisco, rechazaron la invitación.

Sin embargo, la seriedad y la pasión con la que afrontaron la competencia los jugadores que sí acudieron al llamado, otra vez realzó el evento.

De acuerdo con Yadier Molina, el capitán de Puerto Rico y dos veces ganador de la Serie Mundial con los Cardinals de San Luis, el Clásico Mundial “lo significa todo”. Incluso, comparó su importancia con la del Clásico de Otoño.

“[El conquistar] un Clásico Mundial pesa igual o si no más. Esto es para nuestro país”, indicó Molina.

Su compañero en Puerto rico, Enrique ‘Kike’ Hernández, de los Dodgers, compartió el mismo fervor por la justa, al punto de que sobrepuso el amor que siente por su patria sobre su carrera en Grandes Ligas.

Al empezar los entrenamientos de primavera de Grandes Ligas, la permanencia de Hernández en el primer equipo de los Dodgers, estaba en suspenso.

El originario de San Juan, Puerto Rico, estaba enfrascado en una disputa por el único puesto de jugador de utilidad en los Dodgers para esta campaña, equipo con el que ha jugado en la Gran Carpa durante las últimas dos temporadas.

Pero a una semana y media de haber iniciado los juegos de entrenamiento, dejó a los angelinos para unirse a la selección puertorriqueña.

“Mi fui de los entrenamientos de primavera con la posibilidad de que no sea parte del equipo de Grandes Ligas por estar aquí”, dijo el versátil pelotero de 25 años. “Pero la verdad es que no me arrepiento para nada. He jugado en dos playoffs con los Dodgers y la experiencia de este Clásico no se compara en nada”.

Otro Dodger, el serpentinero Kenly Jansen, inicialmente no tenía planeado jugar en la justa por cuidar su brazo. Aunque nació en Curazao, tenía la opción de representar a Holanda pues la isla es parte del Reino Holandés. Sin embargo, después de que los tulipanes clasificaron a la Ronda de Campeonato en Chavez Ravine, el segundo mejor pagado cerrador de Grandes Ligas, cambió de opinión y se unió la escuadra naranja.

“A veces los entrenamientos de primavera pueden ser un chiste”, dijo Jansen. “No cuentas con la adrenalina. Hay tiempos que solo lanzas por lanzar. Ya con adrenalina, las cosas cambian, más cuando representas a tu país”.

Otros sí se arrepienten

Como en todo magno evento, no todo produjo una reacción positiva.

Cerca del final del partido entre Puerto Rico y México, estalló una riña entre aficionados cerca de donde estaban sentadas las familias del equipo boricua en el estadio Charros de Jalisco.

A través de las redes sociales, Yadier Molina arremetió contra los organizadores porque consideró que el organismo no tomó las medidas adecuadas para resguardar a sus familiares.

“[Grandes Ligas] es una vergüenza que estén más interesados en hacer dinero que en la seguridad de nuestras familias, es una vergüenza que los jugadores se tengan que preocupar por la seguridad de nuestra familia cuando se supone que ustedes la provean”, escribió Molina en su cuenta de Instagram.

Pero el suceso más bochornoso y polémico, sucedió cuando los oficiales del torneo erróneamente señalaron que México había quedado eliminado tras una serie de confusiones en la regla de desempate, justo cuando alistaban sus maletas para ir a California.

El capitán de México, Adrián González, de los Dodgers, también tundió a los dirigentes de la justa. Según él, nadie les explicó las complejas reglas de desempate antes de choque ante Venezuela. Exclamó que el Clásico Mundial “no tiene validez” y se retiró de futuras ediciones.

“Jamás volveré a participar en el”, expresó el ‘Titan’. “No vale la pena. Al que me pregunte, le diré que no juegue”.

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