Para Lakers, el camino es aún muy largo
Es durante estas fechas que Lakers tenía al mundo del básquetbol acostumbrado a pensar contra quién se enfrentaría en una posible serie final de la NBA. Sin embargo, los angelinos sabían con meses de anticipación que no estarían en los playoffs del presente año, en lo que se han convertido estadísticamente las peores cuatro temporadas en su historia.
La última vez que los Lakers se habían clasificado a la postemporada (2012-13), fueron barridos en primera ronda por los Spurs de San Antonio, una posible premonición de lo que sería el futuro inmediato del equipo.
Cuatro años después, los Lakers viven del recuerdo.
Para bien o para mal, este año fue importante para los Lakers, ya que vivieron cambios en su gerencia y que indican un nuevo rumbo del quinteto angelino.
El despido de Jim Buss, como presidente de operaciones y Mitch Kupchak, como gerente general, fueron las primeras indicación que el equipo se sentía en un estado de emergencia. Magic Johnson tomó el puesto de Buss, mientras que el exagente de Kobe Bryant y otros jugadores de la liga, Rob Pelinka hizo lo mismo en lugar de Kupchak.
De igual forma, Jeanie Buss tomó posesión del equipo como la mandamás tras una pequeña batalla con sus hermanos que no llegó a mayores y que terminó de una vez por todas las constantes disputas entre los hermanos Buss sobre quién tomaba las decisiones grandes del equipo.
La esperanza es que estos cambios permitan a la franquicia atraer talentos que ayuden al equipo a volver a los playoffs y consecuentemente a las Finales de la NBA.
Futuro inmediato
Luke Walton vivió su primer año como entrenador de los Lakers y aunque no le fue muy bien en cuestión de récord, 26 ganados y 56 perdidos, sí hubo mejoras en varios aspectos que dan esperanzas para el futuro.
Cuando las esperanzas de clasificación a los playoffs se habían esfumado, Walton tomó la decisión de darles la prioridad a los jóvenes del equipo para que tuvieran mayor participación y ganar más experiencia en su desarrollo como jugadores.
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Uno de los más beneficiados fue Brandon Ingram, quien antes del Juego de las Estrellas apenas si promediaba ocho puntos por partido, 36% desde el piso, para incrementar a 13.2 puntos (48% desde el piso) por juego. Números que lo ponen en conversación a llevarse el premio a Mejor Novato del Año.
Desde que Ingram piso suelo en la NBA, mucho se hablaba de su timidez dentro y fuera de la duela, sin embargo, el novato mostró que a pesar de su esbelta figura puede ser muy explosivo al atacar la canasta. El alero está aprendiendo a usar su contextura física, que muchos asemejan con Kevin Duran, jugador de los Warriors de Golden State, pues con 6’9” de altura y 190 libras de peso, Ingram es considerado una rareza para su posición.
Ingram está actualmente en un régimen para ganar masa muscular, que seguramente le permitirá ser más dominante en la pintura tanto en la ofensiva y la defensiva.
Otra de las sensaciones de esta temporada fue Ivica Zubac, quien no esperaba ver muchos minutos esta temporada pero que se fue ganando la confianza de Walton y el cuerpo técnico al aprovechar al máximo sus pocas oportunidades en la duela.
Tanto fue el impacto del bosnio que Walton le dio la titularidad como centro para que acompañara a Ingram, Julius Randle, D’Angelo Russell y Jordan Clarkson.
Zubac, quien le ganó el puesto a Tarik Black, terminó el año con 11.1 puntos de promedio, 4.8 rebotes y 1.4 asistencias. Además se convirtió en uno de los favoritos de Johnson y Pelinka, quienes dijeron que gustan de gran manera la “actitud y confianza” del jugador.
Decepciones
Los Lakers firmaron previo a la temporada 2016-17 a Timofey Mozgov por $64 millones y Luol Deng por $72 millones, ambos por cuatro años. Dos contratos que casi de inmediato probaron ser un grave error para el equipo.
Durante la temporada, el ruso jugó 54 partidos, mientras que el sudanés lo hizo en 56. Walton decidió sentar a los jugadores por la poca contribución que ofrecieron y no veía cambio a futuro inmediato.
Johnson advirtió que los Lakers posiblemente tendrían que esperar un poco antes de convertirse en contendientes, incluso mencionó la posibilidad de que fueran tres años. La razón de este comentario fue por estos dos jugadores, quienes están amarrados en contratos muy caros que limitan la habilidad de atraer jugadores de élite.
Es ahí en que Magic deberá usar su carisma y agrado popular para hacer canjes con otros equipos por estos jugadores.
Por lo pronto, la atención de los Lakers está en la postemporada, pero no como participante de los playoffs sino como cazatalentos.
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