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Cyborg revela que no quería pelear en UFC 222, pero tenía que respaldar sus palabras

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Con tal de mostrar que es la mejor peleadora del MMA, la peleadora brasileña Cyborg vive bajo la consigna de que siempre está dispuesta a enfrentar a cualquiera “no importa cuándo o dónde”.

Sin embargo, de inicio, la campeona de peso pluma no quería aceptar su próximo combate, el cual será este sábado ante la rusa Yana Kunitskata (10-3) y que encabezará el evento UFC 222 en el T-Mobile arena de Las Vegas.

Tras vencer a Holly Holm el 30 diciembre en una brava pelea que se fue a la distancia, Cyborg (19-1) se encontraba de vacaciones en Portugal cuando la llamó UFC para pedirle que salvará la función pues el campeón de peso pluma Max Holloway se lesionó a finales enero y ya no podía estelarizar la velada ante el excampeón Frankie Edgar.

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“Cuando me llamó mi manejador para ofrecerme la pelea, le dije ‘no, no me llames, estoy de vacaciones”, dijo Cyborg entre risas durante en un evento con los medios de comunicación en el hotel MGM Grand. “Pero ya saben como son los peleadores, al surgir la posibilidad empecé a entrenar un poco para ver cómo me sentía. Luego hice cinco rounds de sparring y me decía a mi misma ‘tal vez, tal vez’. Luego recé y me dije que si había paz en mi corazón iba a tomar el combate”.

La originaria de Curitiba contó que nadie dentro de su equipo le aconsejó que no tomará el choque contra la vigente campeona de peso gallo de la empresa Invicta. Al contrario, le dijeron que era una buena oportunidad después de la experiencia del duelo contra Holm.

En cuanto a su peso, Cyborg indicó que estaba cerca de las 145 libras ya que siempre se mantiene en forma.Tiene la confianza de que todo lo que ha aprendido tras 10 años de carrera en el MMA le bastará para retener su corona al no poder hacer un largo campamento como acostumbra. Pero si no lo logra hacer, no tendrá excusas.

“Solo tengo que enfocarme, respetar a mi oponente y dar mi mejor esfuerzo. Tengo que basarme en mi experiencia”, expuso. “Siento que mi condición cardiovascular está bien, mi peso está bien. Me siento muy bien, si [pierdo] el sábado, será cosa de Dios”.

Al final, sabía que sin importar como se sentía, tenía que respaldar sus palabras y mostrar que realmente no le saca la vuelta a nadie.

“Siempre ando diciendo ‘no importa cuándo o dónde, siempre estoy lista para pelear’. Este combate va a dejar claro que digo la verdad”, comentó. “Un veterano del MMA me dijo que si no aceptaba era como si alguien estuviera tocando mi puerta diciéndome que me iba a patear el trasero y yo le dijera ‘dame 10 semanas de descanso y 10 semanas para entrenar, y deja agarrar a todos mis patrocinadores”.

Estaba compartiendo sus lecciones de vida

Una de las razones de porque no quería tomar la pelea contra Kunitskata, es porque en Portugal estaba dando charlas motivacionales a adolescentes que están encarcelados y no quería quedar mal. Contó que la experiencia le dejó mucho espiritualmente.

“Sentí mucha emoción y felicidad ahí con ellos”, dijo. “Mucha gente los juzga y no les importan. Les dije, ‘yo no los juzgó, pueden cambiar su vida’”.

Señaló que para que se pudieran relacionar con ella les habló sobre cuando dio positivo por dopaje en 2012.

“Compartí esto con ellos para mostrarles que nadie es perfecto. Les dije que fue una situación muy difícil, muchos me juzgaron y hablaron muchas cosas de mi”, relató. “Les dejé ver que soy una campeona porque creí en mí y me rodeé de personas que también creerían en mí, y eso me permitió levantarme. Entonces ellos lo pueden hacer también”.

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